Mi infancia está marcada por su obra. En una cafetería, Linar, donde mis amigos, y yo mismo, celebramos nuestros cumpleaños, sus pinturas, de tema marítimo y coruñès, nos rodeaban mientras dábamos buena cuenta de las tortitas con nata. Pasado el tiempo dejé de ir. Pero en cafeterías como El Vecchio o algún bar de La Franja me reencontré con su obra. Se trataba, ahora lo sabía, de pinturas de Urbano Lugrís.
Nació en La Coruña, en 1908. Hijo de Manuel Lugrís- cofundador de la Real Academia Gallega- y de Purificación Gonzalez, afamada pianista.
Con estos genes el futuro del niño era el arte. Futuro que Nacho Vieitez contribuyó a definir. Este se empeñó en difundir el arte de la pintura entre los jóvenes.
Urbano sufre, de joven, un desafortunado incidente con leche hirviendo. Abandona sus estudios de Perito Mercantil y se traslada a Madrid en 1930.
Colabora en las Misiones Pedagógicas de la II República, decorando obras de Lorca o Alberti. Estallada la Guerra Civil, se alista voluntario en el ejército republicano en Asturias.
Se casa con Paula Vadillo y tiene dos hijos: Urbano -también pintor, y Paula.
Terminada la guerra civil es internado en la cárcel. Una vez liberado, funda, en 1954, la revista Atlántida, con sus amigos Mariano y Jose María. Publica poesías e ilustraciones, sdemás de diseñar la cabecera de la portada. Combina estos trabajos con encargos, que todavía decoran-para nuestro placer- rincones de la ciudad.
Durante la presentación de su Retablo del Descubrimiento Franco le preguntó: ¿De donde eres? A lo que Urbano repuso: Gallego como usted
A esto Franco insistió: Gallego ¿pero de donde
A lo que Urbano respondió: Del Ferrol de Su Excelencia.
Franco le encargó la decoración de los camarotes del yate Azor. Lugrís era así, capaz de mentir para vender su genial obra.
Años después una señora lo definió como pintor de cámara a lo que el repuso De camarote, señora¡
En 1965, muerta su querida esposa, se traslada a Vigo, donde muere a finales de 1973. Al lado del mar que le inspiró su genial obra, pasaporte a la eternidad
Urbano Lugrís
No hay comentarios:
Publicar un comentario