jueves, 18 de abril de 2013

Alvaro Cunqueiro

 Gloria de las letras, españolas en general y gallegas en particular, nació en Mondoñedo, en Diciembre de 1911. Alternó su condición de escritor con la de gran gastrònomo. En 1921 estudió bachillerato en el Instituto de Lugo, donde conoce a Evaristo Correa y Anxel Fole.
 En 1927 se matricula en Filosofía y Letras en Santiago. Abandonó la carrera para convertirse en redactor de El Correo Gallego. Se hizo asiduo de las tertulias de García Sabell y Torrente Ballester. Fué cofundador del Partido Galeguista. En 1936, estallada la Guerra Civil, se afilió-se dice que para salvar vida y libertad, a Falange Española.
 En los años cincuenta comienza a colaborar con La Voz de Galicia, La Región y El Faro de Vigo, con sus prestigiosos artículos, publicados con los pseudónimos Patricio Mor, Alvaro Labrada y Manuel Seoane. Incursionó, con éxito, en la poesía, el teatro y la narrativa. En 1932 publica el poemario Mar ao Norde y entre 1950-60 las obras Merlín e Familia y Crónicas do Sochantre, lo que alternó con relatos de calidad. En 1959 recibió el Premio Nacional de la Crítica.
 Experto en cantigas medievales, nos dejó sus magistrales conclusiones.
 En 1961 ingresó en la Real Academia Galega. En 1968 recibió el premio Nadal por  Un hombre que se parecía a Orestes y Herba de aquí e acolá.
 En 1979 recibe el Premio de Narrativa Gallega por Os outros feirantes. En 1991 se le dedicó el Día das Letras Galegas .
 Del neotrovadoresquismo vanguardista evolucionó al lirismo medieval y culturalismo, para terminar
 en la narrativa, todo ello impregnado de una fantasía muy hermosa.Dejó encargado, expresamente, su epitafio que reza así Aquí xaz alguén que fixo que Galicia durase mil primaveras mais. Vaticinio que va camino de cumplirse de la mano de un gallego que hizo del bilingüismo un arte, y que le hace a uno sentirse orgulloso de ser gallego y español. Murió, para nuestra desgracia, en Vigo, a finales del invierno de 1981             



Estatua de Cunqueiro frente a la Catedral de Mondoñedo, lugar del que era asiduo
                                          

2 comentarios:

  1. Una de mis grandes debilidades... Media hora por lo menos compartí con esa estatua. Con sólo leer su nombre me despierta tantos sentimientos... Para mi gusto, hoy en día no se le considera lo que se merece. Gracias Fernando.

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