Lo descubrí huyendo de las depresivas llamadas de solitarios y suicidas oyentes de otra emisora. Constituyó, para mí, un oasis de cultura e historia en el desierto de las noches.
Además tenía mi edad. Y era discapacitado, como yo ( la suya era una discapacidad mucho más grave - era invidente -. Y era un modelo para mí. A pesar de sus limitaciones se convirtió en una estrella de la radio. Se casó y tuvo un hijo.
Por eso, cuando murió, de un ataque cardíaco fulminante, sentí que se me había ido un hermano. Un queridísimo hermano.
Juan Antonio Cebrián nació en Albacete, el 30 de Noviembre de 1965.
Desde muy joven comenzó a tener problemas visuales. Comenzó en Onda Cero con programas como La Red y Azul y Verde. Pero su gran oportunidad le llegó con Turno de Noche. Creó una fórmula radiofónica inimitable. A base de ternura, cultura, inquietud seria por el mundo del misterio, y buen humor. Fórmula que trasladó a su nuevo programa La Rosa e los Vientos. Se casó con su imprescindible colaboradora, Silvia Casasola. Y tuvo un hijo; Alejandro.
Pero el 20 de Octubre de 2007, en una boda a la que asistía como invitado, fué fulminado por un infarto. Y la radio nunca fué la misma. Y yo, que posteriormente pasé por malos momentos, eché en falta su voz. La misma que me saludaba todas las noches con buenas noches mis pequeñas criaturas nocturnas. La voz de mi hermano Juan Antonio. Una voz que saltó a las ondas, por primera vez el 20 de Abril de 1990.
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