sábado, 12 de abril de 2014

12 de Abril de 2012

 Aquel día empezó como un día normal de un parado. Había quedado con una amiga, por la tarde. Me levanté tarde. Llevaba días encontrándome mal y con la Tensión Arterial por las nubes. Tanto es así que, en vez de bajar al Centro, le pedí a esta - muy querida - amiga si podía subir a tomar un café a mi calle.
 ¡ Estaba agotado !. Me sentía solo. Todo me daba igual. Todo menos ella.
 Me senté ante el ordenador para pasar el tiempo hasta la cita.
 De repente un dolor. Un dolor agudo de cabeza, que me alarmó. Y una voz. Creo que fué una voz.
- Hola, ¿ Me sientes ?. Soy tu ACV. Te acaba de estallar una vena del cerebro y estás a punto de entrar en coma. ¡ Y tú que te quejabas ¡. Ahora vas a tener motivos para quejarte. Ahora, si sobrevives, el coma te va a perjudicar seriamente la memoria. Y el habla. ¡ Además te va a dejar, como mínimo, una hemiplegia.
 Todo va a cambiar. Los días tristes se van a convertir en muy amargos. La gente que pasaba de tí va a seguir pasando. No podrás volver a esta casa, gilipollas. Ahora vas a saber lo que es perder.
 Solo un puñado de amigos te va a sorprender. Son los únicos con los que podrás contar en los peores momentos. Sobre todo con ella. Esa mujer, a la que adoras y que te adora. Pero, aunque vas a merecer que te deje, nunca lo hará.
 Tendrás que luchar mucho por ella. Los momentos serán terribles, para los dos. Pero, al final, que no pronto, seguirá allí. Merécela. Ahora vamos a ver de que pasta estás hecho. Pasarás por muchos sitios antes de recalar en el que será tu casa. Conocerás a gente mala y buena. Pero no te rindas; ¡Jamás!
 Y, ahora, llama a Urgencias. Tu tiempo se agota........



Ambulancias del 061
                               

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