Cuando me levanten - una vez terminada esta entrada - me ducharán, me afeitaré y me sentarán en mi corcel negro ( silla de ruedas ). Entonces me dirigiré, raudo y veloz - pero sin pasarme, no quiero repetir la experiencia de caerme y golpear el suelo con mi ceja - al Reino de Las Natalias.
Este es un espacio - mágico - que aquí llaman Terapia Ocupacional. Pero yo prefiero llamarlo El Reino de las - por razones personales. Se trata de un lugar - en otra dimensión - habitado por gentiles damas ( semejantes a hadas ) que se ocupan del bienestar de caballeros como yo. A su apreciable ayuda técnica, acompañan una sonrisa capaz de vencer a la más terca de las pesadumbres, la más dura de las nostalgias. De ahí sales con tus problemas solucionados y con el alma casta y dulcemente acariciada.
Yo salí - el otro día - también con el ego por las nubes. Una de ellas alabó este blog ( sobre todo la entrada sobre la visita al Museo Naval de Ferrol.
Sirva, pués, esta entrada, de homenaje a unas chicas que se ganan su sueldo a base de buen trabajo, de ternura y solidaridad.
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