Esta mañana la memoria me ha vuelto a jugar una mala pasada. Os cuento. Resulta que el centro donde me encuentro, temporalmente, tiene su propio ritmo de vida. Al ser un centro de atención contínua, tiene un horario de trabajo-funcionamiento independiente de que sea diario o festivo. L@s trabajador@s tienen su propio turno de descanso (cosa que a mí me pasaba cuando trabajaba. Sólo la fisioterapeuta y la terapeuta ocupacional descansan los sábados y domingos. Por eso, hoy, cuando vinieron a despertarme-a la hora de siempre- no me planteé el día que era. Una vez levantado y aseado, me dirigí a tomar el desayuno de siempre. Y luego me dispuse a pasear por fuera-cosa que puedo hacer por el clima, ya veraniego. Al llegar las diez y media-hora de terapia ocupacional- me dirigí al aula correspondiente. Esta se encontraba vacía.Cada vez más mosqueado-y rajando por el funcionamiento del centro (hasta ese momento impecable) fuí al punto de acceso al edificio. Allí me encontré a varios compañeros y amigos. Una de ellas, ante mis protestas y comentarios-y empuñando un diario del que señalaba la fecha, me dijo; ¡pero si hoy es domingo¡. Ya, antes del ACV, era despistado, no es de ahora¡.
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