sábado, 15 de junio de 2013

Un Aniversario para la Reflexión

Comienzan, en estos días, a cumplrse los 35 años de unos hechos que-en conjunto-pasaron a la historia como proceso constituyente. Ya va siendo hora de denunciar su fracaso y de reconocer que su resultado (la Constitución de 1978) ha sido superado por la historia. Todo empezó con la muerte de Franco y el harakiri que,bajo la dirección del Rey, se hicieron las cortes franquistas. Con Suárez como Jefe del Gobierno se inició un camino en que la derecha y la izquierda pactaron. En su mayoría, los españoles preocupados por evitar una nueva guerra civil eligieron unos representantes-con¨ayuda¨de la CIA-y su agente willie Brandt- con la consigna de evitar una portugalización de España y configurar una alternativa a UCD desde la izquierda moderada y modeable. Por eso se copió la Carta Fundacional de Bonn de 1949-otorgada por USA (sus Servicios de Inteligencia), potencia vencedora de la Segunda Guerra Mundial. En los dos casos se buscaba lo mismo: Evitar que un partido nacional pudiera gobernar sin pactar. En Alemania dió resultado. Pero en España, treinta años después entregó un poder sin precedentes a los partidos regionales. Y estos, como era de preveer, lo usaron. Dieron carta blanca al gobierno de la Nación, mientras crecían con financiación común y con la manipulación de la educación (que fué inexplicablemente puesta bajo su control. Mientras los dos partidos de ámbito nacional miraban para otro lado, la derecha económica española se reconvirtió en derechas locales-no mejores- Y entonces llegamos hasta aquí. Ahora se plantea un desafío secesionista al que los partidos nacionales, en manos de la derecha económica, se ven impotentes para evitar la muerte de la Nación más antigua de su entorno, unida por la sangre y sudor del pueblo español. Este, víctima del racismo nacionalista identitario. Este debe de defender sus derechos sociales, frente a instituciones autonómicas carísimas e ineficaces. Eso no significa ignorar la riqueza cultural de nuestras autonomías
 El pueblo debe de tomar conciencia de que está formado por ciudadanos, no súbditos, y que la soberanía nacional es sinónimo de libertad.
 La dicotomía izquierda-derecha ha dejado de tener sentido político para ser una étiqueta bajo la cual se desmienten las proclamas por los hechos. En esto hay que reconocer que a los norteamericanos les ha salido bien el negocio, a costa de sustituir las ideas por prácticas corruptas(por muy camufladas que estén ideologicamente.
 La política sigue sin estar en manos del pueblo para alimentar-¡Y que bien¡ a la casta política.
Es por eso que conviene revisar el contenido de las carteras, ahora envueltas en la bandera-sea esta la que sea.
 Además hay que abolir el aforamiento que permite, a los políticos,"responder" ante Magistrados elegidos por ellos mismos. Hay que ir a una separación de poderes, bajo forma republicana moderna.
Se ha de imponer, por ley, listas abiertas y distritos electorales más pequeños para que, los electores, puedan controlar a los elegibles- y no al revés, como ahora. Se han de habilitar mecanismos para garantizar los derechos sociales, ahora una mera declaración constitucional.
 Esto es una mera reflexión y propuesta pero, el autor, está convencido de que, de no hacerse algo, la corrupción y la incompetencia se llevarán por delante la nueva oportunidad que tenemos de ser un país libre,democrático, próspero y serio


Urna de Cristal
                                 

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