jueves, 20 de marzo de 2014

C´est Si bon

 Sucedió un día de Enero. Un día desapacible, frío - como mi soledad - y húmedo. Era un día de rebajas. Por eso, haciendo de la necesidad virtud, me escapé de mi pereza ( no sin esfuerzo ) y me planté en unos grandes almacenes, buscando mi dosis - vital - de Jazz. Y, al dirigirme a la sección de música, la vì. Morena, no muy alta y atractiva. Sus movimientos y maneras acentuaban su atractivo.
 Discutía con el dependiente. Este, a pesar de llevar la sección de Jazz, era un ignorante en la materia. Materia que ella dominaba perfectamente. Por eso se iba poniendo furiosa, por momentos, cuando él desconocía el éxito C´est si bon de Louis Armstrong. Y, para acabar de enfurecerla, le sugirió comprar el último éxito de Bisbal.
- ¡ Que Bisbal ni Bisbal. Yo quiero C´est si bon de Louis Armstrong ¡
 - Pero señora yo.........
 Y, antes de que llegara la sangre al rio. - la del dependiente - decidí intervenir. Además había visto el LP de marras en una visita anterior. Y, para ser sincero, la chica me gustaba.
- No será este, dije cogiendo el LP del expositor.
Su cara se iluminó -la de la chica- a la vez que me llenó de alabanzas.
 Ya con la presa musical en sus manos, me invitó a un café. Y fué cuando me dijo : ¿ Por que no vienes a mi casa y lo escuchamos juntos. Así lo hice. Pero antes de que terminara la canción estábamos quitándonos la ropa. Eramos salvajes y tiernos, a la vez. Competimos por darnos placer mutuamente. Antes de llegar al éxtasis, Louis habia terminado su canción- Pero no nos enteramos. Sólo lo hicimos cuando caímos - agotados y satisfechos - en la cama de lo que, ella, llamaba su nido. Entonces se levanto y, desnuda, se dirigió- sensualmente - a la torre de música para volver a poner la canción.
 Y yo tuve la sensación de que ella había llegado - a mi vida - para quedarse.


                                     

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