Llegamos al Museo, sito en el Arsenal ( En el Cantón de Molins ) y entramos. Lo primero que me llamó la atención fué la ausencia de guía. No pude evitarlo y comencé a comentar lo que íbamos viendo. Una de las chicas, ante mi entusiasmo - no exento de exhibicionismo, lo reconozco - dijo : ¡Ya tenemos guía!.
Lo cierto es que la exposición es magnífica. Un gran paseo por la historia naval española ( de Lepanto a nuestra Guerra Civil, pasando por Trafalgar. Recuerdo, con entusiasmo, un cuadro de Lepanto, una maqueta del buque insignia, el Crucero Canarias, en la batalla naval más importante de nuestro conflicto fratricida. También se expone la maqueta del Buque Insignia español en Trafalgar, denominado El Alcázar de los Mares.
Todo ello era comentado por mí-en alto- con un entusiasmo absorvente hasta tal punto que, cuando me dí la vuelta para seguir con mi exposición-arenga, vi que estaba sólo. Mis acompañantes se habían alejado ( asustados, sin duda, por mi apasionada - y bastante aburrida, lo reconozco -, explicación ).
Pero todo se termina. Y me reuní con mis compañeros en el exterior del Museo. Nos refugiamos del frío - no llovía- en el edificio de enfrente. Un edificio administrativo de la Armada.
Y, ahora, empiezan mis quejas: No hay suficiente espacio, entre las piezas de la exposición, para moverse comodamente en silla de ruedas ( Señores ¡ Que en Ferrol hay un CAMF! ). En el museo estuvimos practicamente solos. Además, a la salida ví un letrero señalando la biblioteca naval. El acceso es a través de una escalinata - sin adaptar a sillas de ruedas. ¡ Cuando hay tecnología suficiente paea adaptarla ¡. En un momento dado salió de allí una chica con pinta de funcionaria civil. Ante mis insistentes preguntas sobre la posibilidad de disfrutar del servicio de préstamo de libros, me dijo ( muy amablemente, eso si ) que para disfrutar de dicho servicio hay que ser militar o funcionario del Ministerio de Defensa.¡ Toma ya!. Conozco algunos casos de militares - y de trabajsdores de Defensa, a los que la historia se las trae al pairo.
Además, a la salida del museo no había cafetería - que sería una forma de autofinanciarse - en estos tiempos de recortes. En fín, un gran día solo estropeado por la pésima gestión de los recursos, por parte del Ministerio de Defensa. ¡ Luego se quejarán - los militares - de que la población civil no conoce la IInstitución Militar. Por cierto - y para terminar, pués me estoy encendiendo, pregunté por la posibilidad de participar en visitas guiadas al Arsenal. Y me respondieron; ¡ Que preguntase en el Ayuntamiento, que es quien lo lleva !. Hay que j......... ( esto último es mío )
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