Y esto no va a mejor. Defiende, la ministra Báñez, un sistema franquista —diseñado en los 70 para una población mucho más joven— rechazado por la realidad. Hoy tenemos un gobierno preocupado en, contra viento y marea, en mantener una administración inoperativa y enemiga de los ciudadanos —a los que tendría que servir— no exenta de duplicidades y estructuras caciquiles. Eso sí, ¡es muy cara!
La guinda a este maloliente pastel la ha puesto, este lunes, la ministra Báñez, prometiendo mantener las pensiones. Añadió la mentira a la negligencia. Lo que no ha dicho es que los cambios cosméticos en el sistema de pensiones es inútil. No dijo nada de incentivar el ahorro y la inversión. ¡Y el tiempo corre!
Fátima Báñez. Ministra de Empleo |
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