Mientras los más débiles pagan el pato, para atraer a los insaciables especuladores se precariza el mundo laboral. Desde luego ya no nos acordamos de que el sur de los EEUU hizo su fortuna con la esclavitud. Inmoral, sí, ¡pero muy rentable!
Mientras tanto la clase política-depositaria, que no propietaria, de la Soberanía nacional aplaude el escobarían grito de los especuladores. Y seguimos incrementando la deuda pública en 380 millones de euros diarios. Por si todo esto fuera poco, tenemos en marcha obras ruinosas e inútiles (como las obras olímpicas en Madrid), pero bien comisionadas. ¡Nada importa que nuestra deuda pública sea la más alta desde 1909!
Además el futuro prometedor está en manos de estudiantes con el peor nivel de Europa —producto de una ESO y Universidad convertidas en fábricas de parados—.
Eso sí, los especuladores halagan nuestros peores instintos al grito de «¡Que viva España!». ¿Y los españoles? Creo, a diferencia de los que pactan con los separatistas, que España es un gran resultado histórico. Pero también creo que España es inseparable de su pueblo. De ese pueblo que va a sufrir, mucho más que ahora, la gestión de los que —dando la razón a Lord Acton— se envuelven en una bandera que no merecen.
Rueda de Prensa, tras el Consejo de Ministros, de Saenz de Santamaría |
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