domingo, 19 de enero de 2014

Susan Sontag

 Esta semana, que está terminando, habría cumplido años. Ya no está con nosotros, pero es un icono de su tiempo - y un mito para mis amigas ( Carmen, Carmen Mª, Paloma, Ana, Asun, Eugenia y otras muchas, a quienes dedico esto.
 No estoy de acuerdo con algunos de los planteamientos de Susan (con otros si ), pero su lucha por los derechos de la mujer - y su contribución a la mejora de la situación de las mujeres en Occidente - la convierten , sin duda, en una de los nuestros.
 Susan Sontag nació, como Susan Rosenblatt, en Nueva York, en un frío Enero de 1933. Siempre tuvo a gala ser una neoyorkina. Sus padres, Jack y Mildred, eran judíos norteamericanos. Inculcaron a su hija la pasión por la libertad y el amor al trabajo. Susan pronto empezaría a sufrir. Con cinco años perdería a su padre (Víctima de una enfermedad contraída en China, a donde había ido para gestionar la importación de pieles).
 Cuando Susan tenía 12 años, su madre volvió a casarse. Y, así, la niña adoptó el apellido - el de su padrastro - con el que se haría famosa.
 Creció en Arizona y en Los Angeles. De portentosa inteligencia, se graduó -a los 15 años - en la North Hollywood High School. Después pasó por Berkeley, Oxford, París y Harvard, empapándose de un espíritu del que fué pionera. Los Beatniks y la Revolución Hippie.
 Se casó, tras diez días de noviazgo, con Philip Rieff. Tuvieron un hijo, David, y se divorciaron a los ocho años de matrimonio.
 Desde entonces mantuvo relaciones, mas o menos estables, con mujeres como Harriet Zwerling o la cubana  María Fornés.
 Susan fué siempre una mujer libre. Muy celosa de su intimidad, nunca quiso que esta se mezclara con sus apariciones públicas, a pesar de que esto, en los EEUU de los 70, podría favorecerla socialmente.
 Su última relación estable fué con la fotógrafa Annie Leibovitz.
 Murió en los últimos días de 2004, a causa de las complicaciones causadas por una leucemia. Tenía 71 años. Su enfermedad y muerte fueron narrados por su hijo, David Rieff, en un libro. Murió en Nueva York, ciudad que ella consideraba su casa.
 Siempre mantuvo opiniones propias, aún siendo politicamente incorrecta, e incluso radical. Escritora talentosa y valiente, jamás se cortó a la hora de mostrar su discrepancia con la política exterior .norteamericana. Por ello fué perseguida, incluso difamada. Y, esto llegó al paroxismo cuando se preguntó si los atentados del 11-S no tendrían algo que ver con la política exterior de los EEUU. Llegó a ser vetada por algunos medios de comunicación.
 Escritora prolífica y conciencia de su generación - y de otras posteriores - nos dejó sus interesantes reflexiones en Contra la Interpretación  ( 1964), Estilos Radicales ( 1969), Sobre la Fotografía  (1975),  La Enfermedad y sus Metáforas ( 1975), Bajo el Signo de Saturno ( 1980 )  y El SIDA Y sus Metáforas.
 También tuvo éxito como escritora narrativa: El Benefactor y El Amante bajo el Volcán, entre otras.
 Su talento brilló, también, como adaptadora y directora teatral. Tradujo y representó a Kundera.
 En el 2003 escribió Ante el Dolor de los Demás.
 Mujer solidaria, donde las haya, su huella, en nuestra cultura e historia, es - afortunadamente - imborrable.


Susan Sontag
                                                              

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