En mi anterior blog ,Termópilas 2009 ,hablo del, para mí, mejor Director de la historia del Cine ; John Ford. Y llega, ahora, el momento de glosar la vida del segundo en esta historia. Se trata de otro genio. Otro genio, pero a gran distancia del maestro Ford. Hablamos del gran Alfred Hitchcock; único en la factura de películas de misterio. Y fundador del Cine de suspense.
Era capaz, como muy pocos, de mantenerte - con los nervios crispados - clavado a tu butaca hasta el final de la película ( o, incluso, mas allá preguntándote como lo había conseguido. Y esto sin importar el número de veces que vieras la película.¡ Hagan la prueba!.
Tercer hijo de un matrimonio de tenderos, fué educado con severidad y austeridad. Su educación jesuítica también contribuyó a afianzar sus traumas infantiles. De ahí viene el complejo de culpa, Omnipresente en sus películas.
Aplicado en los estudios, a los 14 años entró - por casualidad - en un cine y su vida cambió. Había encontrado su vocación. Fascinado por la Dirección Artística, estudió esta materia, en la Escuela de esta especialidad y pronto se puso manos a la obra, en el mundo del cine.. Al mismo tiempo leía, apasionadamente, a Dickens y a Shakespeare. También tenía tiempo para ayudar en la tienda de los padres.
Con 16 años descubrió a Fairbanks, Pickford y a Chaplin. También le encantaron las obras de Griffith.
Fritz Lang y las lecturas de Poe marcaron su formación.
Desde 1914 se quedó sin padre y su relación con su madre se estrechó. Tuvieron que cerrar la tienda y Alfred encontró trabajo en una compañía telegráfica. Fueron los duros tiempos de la I Guerra Mundial.
Su obesidad y el trabajo en la Compañía le libraron de la movilización.
Después de la guerra se presentó al casting - en Londres - de una Productora estadounidense. Fué contratado como decorador. Le fueron encargados, enseguida, De ahí pasó a guionista y a director de diálogos.
En 1923 se dispone a co-dirigir su primera película. y marcha a Alemania a localizar exteriores. Se empapa del expresionismo y de la obra de Fritz Lang.
Seguidamente dirige, en solitario, El Aguila de la Montaña y El Enemigo de las Rubias. A finales de 1926 se casa con Alma y, en 1927 estrena sus películas. Alfred se hizo famoso y volvió a triunfar con El Anillo. Al poco tiempo nace su hija Patricia. En 1928 estrena su sonora La muchacha de Londres. Un gran éxito.
Rueda, durante los años siguientes, exitosas comedias.
En 1935 rueda 39 Escalones y encuentra una gran veta en el Suspense.. Hace El hombre que sabía demasiado y Agente Secreto. Inicia una carrera que, continuada en EE.UU., termina en 1976 con La Trama. En 1980 muere, dejando, tras de sí, innumerables galardones y una reputación mítica entre el público.
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