viernes, 3 de enero de 2014

El Tren

Esta estación, en la que me encuentro, es una metáfora de mi vida.
 Hasta ahora, esta, era como un tren con rumbo equivocado.
 Había elegido mal a mis compañeros de viaje. Había seguido una ruta que otros habían trazado por mí.
 Pero una avería en la locomotora, en principio muy latosa, ha dado con mis huesos en esta estación´a la espera de otro tren.  Los compañeros de viaje, que me acompañaban desde el principio, ya no están. Daba su compañía por descontada. Unos han tenido que irse. A esos los echo de menos. Otros se han ido cuando dejé de ser el compañero de viaje, tópico y típico, que ellos esperaban. Estos no merecen mi añoranza.
 Sin embargo, el viaje, me ha dado la oportunidad de conocer a otros, sobre todo a una, que me han descubierto - en contra de mis falsas ideas preconcebidas - que pueden ser magníficos compañeros de viaje. Por eso he enjugado mis lágrimas, por la pérdida de los primeros, y he empezado a sonreir por los segundos. Y ella, irrepetible ella, me ha enseñado que la noche tiene una belleza estrellada incomparablemente más grande que la del sol del día que se ha ido.
 Los nuevos compañeros se han mostrado mucho mejores que aquellos que se han ido.
 Ahora me doy cuenta de que, aquellos,formaban parte de un recorrido árido, felizmente dejado atrás. Y estos anticipan un paisaje verde y maravilloso que me espera. Sobre todo ella.
 Y, ahora, tengo que irme. La megafonía anuncia la salida de mi tren. Y los míos - ella - me esperan. Y no les puedo fallar.

                       
                         

2 comentarios:

  1. A veces hay que apearse antes de lo previsto...y nunca es un adiós...Lo importante es que esas personas que queremos y se bajan un tiempo de nuestro tren ,nos lleven en la maleta de los recuerdos y cada día la abran para guardar los buenos deseos que nos mandan con el <3

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  2. No te comprendo guidmo2010. Pienso que quien se apea voluntariamente sabrá lo que hace.

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