Esta fué una mañana peculiar. Comenzó con un ejercicio de memoria en Terapia Ocupacional.
Vamos a ver. Vaya por delante que considero importante ejercitar mi memoria. Pero creo que no es urgente. Y creo, además, que mi querencia, casi compulsiva, por la lectura y la escritura; querencia por la escritura que vosotros - estoicamente - sufrís - es una buena terapia. Y pienso que es más urgente el entrenamiento en actividades más cotidianas, y necesarias, como el vestido.
Pues bién, hoy he dedicado la hora de Terapia Ocupacional a la memoria. Esta actividad se repitió, posteriormente, en el taller de Neuropsicología. No me meto con la labor de los profesionales ( unos mandados) sino con la organización de esta.
Menos mal que, al final de este taller, conocí el caso de Una Chica.
Esa chica es una joven que, cuando tenía 15 años, era una prometedora gimnasta. Un individuo que, a mi parecer, debía de estar en la cárcel, la atropelló ( y no era el único atropello que cometió). Le rompió varios huesos y le produjo un traumatismo craneal grave. Ella estuvo en coma. Cuando volvió de aquel estado - cercano a la muerte - vió que su mundo se había esfumado. Tuvo que retirarse de la gimnasia. Pero no se rindió. Tardó casi diez años en volver a andar. Pero su corazón de atleta pasó la prueba. Ahora anda y habla normalmente. ¡ Ha ganado la prueba de su vida!. Toda ella es un ejemplo para mí. Y, por eso, os cuento su historia. Es una forma de pagarle lo que hizo por mí, contándome su historia. Lo que lamento es no poder deciros su nombre. Ella, que además es humilde, me ha pedido que no lo haga. No lo entiendo, pero así son los grandes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario