El Dolor de un Amigo

Me gustaría hacer un alto, en mi sucesión de entradas sobre temas que me gustan, para hablaros- y ojalá no tuviera que hacerlo-del dolor de un amigo. Pero, para eso, he de hablaros del amigo. Este no es otro que Antonio López, aficionado a colgar en el facebook sus vivencias y creaciones. A este gran amigo la vida no lo ha tratado bien. Al accidente de su hijo Pablo le siguió el calvario del coma en que este cayó (y todavía está saliendo). Pero Toño, mi amigo y padrastro honorífico, no se arredró. Buscó, a veces enfrentándose al sistema sanitario y a sus esbirros, lo mejor para su hijo. En ese trance fué cuando lo conocí. Pués, a pesar de esa tortura, sacó fuerzas para iluminar a otros-entre los que me encuentro-. Gracias a él, entre otros, saqué fuerzas para encarar mi recuperación. Lloré con él y, como el amigo que es, nunca me falló. Me entregó lo mejor que tiene; su cariño y comprensión. Y, lo que es mejor, lo hizo con la persona más importante para mí. Por eso contraje, con él, una deuda que nunca podré pagar.
 Pués bien, ese gran amigo ha perdido, hace poco, a su suegra, su querida suegra.¡ Y yo no estaba allí¡. Me encuentro, recuperándome de las secuelas de un A.C.V., a 140 kmts de él. No intento disculparme-lo que tenga que decir ya se lo diré personalmente. Con esto sólo pretendo rendir un merecido homenaje a un héroe de lo cotidiano, ante cuyo valor palidece la hazaña espartana de Las Termópilas. Un héroe que, además, es mi amigo ¡ Y a mucha honra¡. Podeis disfrutar de sus comentarios en https://www.facebook.com/antonio.lopezlopez.507?ref=ts&fref=ts

Antonio López