martes, 3 de diciembre de 2013

Dia Internacional de las Personas con Discapacidad. Una Reflexión.

 El sentido de tal día como hoy es recordarnos - algunos, por desgracia, tenemos que recordarlo continuamente - que existimos personas con discapacidad (en mi caso, funcional). El motivo de este día es facilitar nuestra reinserción social. El caso es que el desarrollo de un país se mide ( entre otros factores)) por el nivel  de esa inclusión social. Estamos en el buen camino. Pero este es muy largo y lleno de obstáculos ( algunos puestos por gobiernos, como el nuestro, con la crisis como excusa ).
 Yo nací con una discapacidad, que hace año y medio se agravó. Pertenezco a una generación que, si bien, es de las primeras en empezar a concienciarse, es de las primeras, también, en dejarse capturar por la dictadura de la estética y del hedonismo. ¡Menuda paradoja!.
 Alguien me dijo - no hace mucho - que cuando te ven en silla de ruedas, ven tu silla no a tí -. Y algo de eso hay. Por eso ponemos a la sociedad ante una encrucijada. No buscamos dar lástima - tan dañina - pero les recordamos, con nuestra presencia, a nuestros conciudadanos, que la vida no es fácil. Que lo que nos ha pasado a nosotros (sea por enfermedad o accidente ) podría pasarles a ellos. Por eso no nos dejan lugar en su mundo perfecto sin discapacidad. Su sociedad de la imagen no vale tanto como ellos creen.

 Mientras ellos van al gimnasio (aquel que los griegos relacionaban con el cultivo físico e intelectual y que hoy hemos bastardeado) - o pasan por el quirófano - por exigencias estéticas, nosotros lo hacemos para intentar llevar una vida normal.
 Por eso tienden a internarnos en guetos. No quieren recordar lo que les sugerimos: Que una sociedad que merezca la pena debe de basarse en el ser y no en el parecer. Y que mientras esta se base en criterios estéticos, y no éticos, nuestra reinserción social será imposible. Y, además, indeseable. Hoy es un día de celebraciones - lo sé - pero, creo que estas reflexiones son muy necesarias. Y este me parece un buen día para hacerlas. Y no es amargura lo que me mueve a hacerlas. Lo que ocurre que esta última época, mi discapacidad me ha dado el regalo de la lucidez.


                                           Una persona en silla de ruedas paseando por un parque



                             

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