Los viejos marinos son supersticiosos. Quizás porque han pasado su vida enfrentándose al mar, elemento peligroso e impredecible. sea como fuere creen en la suerte y en el destino. Y a veces la historia les da la razón.
El "Great Eastern" fué un símbolo. Un símbolo del imperio británico, de la era victoriana. Construido en 1858 tenía 5 veces el tamaño de los barcos de la època. 211 metros de eslora, 25 de manga y a plena carga desplazaba 32.000 toneladas. Y era un híbrido. Conservaba todo el velamen de los navíos precedentes- 1686 metros en seis mástiles- y también un potente motor de vapor, que le daba una velocidad de 14 nudos. Era de hierro, con doble casco-otra novedad-. Su tripulación la componían 418 hombres.
Pero su mala suerte comenzó con su construcción- en 1854, en los astilleros Messrs J Scott Russell & Co. of Millwall yards Londres-, que causó la muerte a varios trabajadores del astillero. Un ejecutivo murió al intentar vender acciones de la compañia, un visitante resultó destrozado por una grúa y un remachador desapareció sin dejar rastro. Se extendió el rumor de que el barco estada maldito por el diablo.
El buque era de tales dimensiones que no pudo ser botado de forma tradicional y tuvo que crearse un sistema especial para ello.El acontecimiento, que congregó a diez mil personas,-31 de Enero de 1858- no pudo ir peor. El público invadió zonas prohibidas, obstaculizando el acto. Además se deslizó antes de ser "bautizado", aplastando a varios trabajadores. Otros se ahogaron al saltar al agua para no ser dsestrozados. La botadura se aplazó.
Dos mese después fué botado y entonces la compañía quebró, quedando parado el barco dos años. El diseñador murió mientras lo visitaba. Durante su funeral, a bordo, estalló una caldera matando a varios hombres. A pesar de las campañas de imagen del buque los accidentes se sucedieron. Durantre las noches se escuchaban martilleos misteriosos... La tripulación, presa del pánico, se amotinó, y la mitad fué encarcelada.
Por fín pudo zarpar pero con solo 36 pasajeros en las 3.500 plazas. Durante el viaje el velamen se encontró estropeado por los dos años de inactividad. Las calderas fallaron y dejaron al buque tres días al pairo. Pocos dias después un marinero atacó con un cuchillo al pasaje, hiriendo a varios. Al final del viaje se perdió el control del timón y el barco se estrelló contra el muelle, matando a varias personas. En la fiesta de bienvenida el serrín que se había extendido por el muelle para cubrir la sangre se incendió, muriendo doce bomberos. En el viaje de regreso hubo dos muertes más.
El gobierno británico, ante la ruina que se avecinaba, decidió dedicarlo a transporte de tropas. 2.000 soldados embarcaron hacia Canadá, acompañados por 400 mujeres en un viaje promocional. La tropa se emborrachó y se amotinó para "acceder" a las mujeres. Hubo 12 muertos.
El timón volvió a fallar y el buque se estrelló contra un glaciar. Murieron ahogados 120 caballos que acompañaban a las tropas. El gobierno británico canceló el contrato. En el siguiente viaje se perdieron las paletas propulsoras y una chimenea. Los pianos del salón principal se soltaron y causaron mas de cien heridos. El ganado de las bodegas se soltó, provocando el caos a bordo. El viaje finalizó con una tormenta y otro motín. Los marineros volvían a oir los martillazos.
En vista de que nadie, en su sano juicio, iba a querer embarcarse en él, fué dedicado a tender el cable transatlántico telegráfico. Tras 1.000 millas el cable se soltó y se perdió en el fondo del océano.
El barco fué abandonado y encallado. En 1885 se vendió como chatarra. Al ser desguazado- en 1890- se descubrió el cadáver del remachador desaparecido, atrapado en el doble casco. A su lado había un martillo
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