Me levantaron, a petición propia, pronto. Impecable la actitud del personal de este CAMF ., de
El objetivo era que llegara a tiempo a una visita guiada, otra más, al Arsenal Naval y Navantia.
Impecable fué, también, la ayuda de Lupe - la taxista que me llevó ( y me trajo de vuelta )-.
Allí me estaba esperando la guía, Isabel, y los otros integrantes de la visita guiada. También estaba esperándome la lluvia que, aunque bella, es bastante molesta.
Previo pago de 4 Euros - que no me parece demasiado - fuimos recorriendo el Arsenal y, después, Navantia ( antigua E. N. Bazán ) Allí me di cuenta de algo: Lo que nos gusta , a los españoles cambiar la apariencia, los nombres, y lo poco que nos gusta cambiar los hechos de fondo ( en este caso la tecnología )
De todos modos resultó un viaje interesante por el antigua alma - los astilleros militares, hoy en decadencia
de Ferrol. Una bonita visita cuajada de nostalgia.
PParte de la visita se hizo en un tren. Afortunadamente este, que iba sobre ruedas ( y no raíles ) tenía un vagón adaptado para ir con silla de ruedas. ¡ Por fin alguien se da cuenta de que en esta ciudad hay un CAMF!. Este vagón cuenta con una rampa para subir y bajar. Y, ahí vino el problema. Al bajar la silla me hizo un extraño. Y, la rampa, que no tenía topes laterales, no evitó que me cayera, afortunadamente en el último tramo. Gracias a que llevaba un casco de protección obligatorio, y que no caí mal, las cosas no fueron a mayores. Pero el susto podría haberse evitado si la rampa contara con unas simples bandas laterales de goma. ¡ Si hacen las cosas háganlas bien!.
Ya sé que hay gente que piensa que no tenía que haber ido. ¡ Pero no estoy dispuesto, a mis 48 años - en breve 49 - a pudrirme recluido en el CAMF, por muy bien que me traten, que me tratan, sobre todo teniendo cerca unas instalaciones históricas del nivel de las ferrolanas. Lo siento pero no.
Así que, después de la accidentada visita y, como ya era tarde para volver al CAMF a comer, me quedé en uno de los bares de por allí y degusté un delicioso menú del día. Posteriormente llamé a Lupe, mi taxista, que me recogió y me llevó al CAMF. Llegué perfectamente y, perfectamente fuí atendido y acostado. Hoy, sin embargo, que no voy a salir, ¡ No llueve!. Y es que ya lo dijo el clásico galaico Nunca choveu que non escampara. Pués eso.
Puerta del Arsenal de Ferrol |
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