Después de la comida, descansé. Porque, aunque parezca lo contrario, estar sentado - siempre - en una silla de ruedas, cansa. Y cansa mucho. Después me levantaron. Por cierto que, del personal de la Residencia La Milagrosa, donde paso mis vacaciones, no puedo hablar sino bien; muy bien. Pero este es un tema para otro momento.
Ahora debo de hablaros de como me sentí ayer. Mi taxista de cabecera coruñés - Gonzalo - me había recogido en la Residencia. Y me llevó a mi cafetería-pub preferido: El Universal. Ahí estaba Yago ( un camarero muy joven y muy amable que, además, ¡ entiende de Jazz!.). Me puso, a petición mía, a Coltrane.
Cuando este tocaba My favorite things apareció mi ángel. Momento mágico. El tiempo se paró y su maravillosa presencia convirtió el lugar en un paraíso.
Además comenzaron a llegar los amigos. Y se inició una tarde memorable. Una tarde de confidencias y risas. Una tarde de esas que te cargan las pilas, para mucho tiempo. Además hablamos con una amiga que vive a 600 Kmts de distancia (¡ Pero la siento más próxima !.....). En fin ; una tarde para guardar en el corazón. Una gran ayuda de mis amigos
Mis amigos
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