EL RODAJE DE ¨MASTER AND COMMANDER¨.

  Estoy disfrutando la primera novela de la saga de las 21 novelas que, bajo el título de Master and Commander, escribió el gran escritor histórico - naval Patrick O´Brian. Al hecho de que es regalo de una especialísima amiga, se suma la calidad del autor y lo interesante del tema: la parte naval del conflicto entre Inglaterra y Francia - muy a principos del siglo XIX.
 Esta lectura me ha recordado la excelente adaptación cinematográfica que Peter Weir hizo de esta notable saga.
 Todo empezó cuando Tom Rothman ( Presidente de Producción de la 20th Century Fox ) se sintió atraído, y no me extraña, por las 5000 páginas en las que O´Brian cuenta las aventuras del Commander Aubrey y su amigo, el médico naval Dr. Maturin.
 En los 90 Sam Goldwyn compró, a la Fox, los derechos sobre las novelas. ( 21 en total ).
 El proyecto de llevar la historia de Aubrey y Maturin a la gran pantalla fué encargado al australiano Peter Weir - como el que suscribe, reconocido admirador de O´Brian. Pero, el director, de entrada, no se atrevió con el proyecto. Esto ocurrió en los 70. Desde aquellos años Rothman no cejó en su empeño de escribir un guión sobre la primera novela de la saga.
 Rothman llegó a regalarle a Weir una réplica del sable de Jack Aubrey. Esto, unido a la tenacidad de Rothman, convenció a Weir. Lo primero que hizo el meticuloso director fué encerrarse en su riquísima biblioteca de historia naval, para documentarse. Después se embarcó en una réplica de una fragata de la época, en la que transcurre la historia. Y es que Weir es un preciosista ( como demuestra su filmografía.
Lo siguiente fué elegir al protagonista ; el trasunto de Aubrey. Y la elección fué clara. Sólo podría ser Russell Crowe - héroe de acción del momento e intérprete perfecto de protagonistas históricos -. Este exigió cambios en el guión y Weir se puso a ello.
 El diseño de producción y la puesta en escena sólo fueron algunos de los muchos problemas del rodaje. Peter Weir persiguió, obsesivamente, el realismo. Utilizó la gigantesca piscina empleada por Cameron en Titanic. Pero lo más difícil fué organizar la batalla final, con 400 actores.
 La superproducción costo ¡ 150 millones de dólares !. Aún así fué un taquillazo. Con ello demostró, el director australiano, que se puede hacer un cine espectacular y que, a la vez, nos lleva al interior del protagonista. Una película, en resumen, clásica en pleno siglo XXI


               

fotograma de la Película