Además me acerqué a la tienda donde trabaja. Y conocí a sus compañeras ( a las que sólo había oído por teléfono ). Esto me tranquilizó. Mi ángel está muy bien acompañado, en el trabajo. Además, esta mañana, tuve el placer de hablar con otra compañera suya, a la que no pude ver allí. Definitivamente, mi ángel, está bien escoltado.
Además de esto, merendamos juntos ( por un día me salté la dieta - la ocasión lo merecía - ). Después quedamos con otros amigos y hablamos de cine ( con los más jóvenes ). Además, otro de ellos, me entregó un libro que le había encargado.
Me lo pasé tan bien que, cuando me dí cuenta, ya era la hora de volver a la Residencia La Milagrosa, donde me alojo. Al hacerlo, en un taxi adaptado, crucé mi ciudad. Y, mientras lo hacía, me juré volver. Volver de vacaciones. Volver a pasear, con mi ángel, por las calles de mi Coruña.
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