lunes, 15 de diciembre de 2014

UNA JORNADA PARTICULAR

 Así rezaba el título de una gran película de Ettore Scola, con Sophia Loren y Marcello Mastroianni.
 Pero, también, es la expresión que me viene a la cabeza al recordar el día de ayer.
 Empezó pronto. Había hablado, el viernes, con la Responsable de Área - Belén - a la que le recordé que, el domingo, quería salir. Quería levantarme pronto y comer fuera.
 Así fué. Con la ayuda del personal de este CAMF me levanté pronto; desayuné y me dirigí a esperar el bus - para mi visita semanal al Museo Naval de Ferrol y a la Exposición de la Construcción Naval.
 Con tal propósito fuí a la parada del bus ( sita frente a este CAMF ).
 Cuando llegó este me subí - siempre sentado en mi inseparable silla de ruedas -.
 El conductor del bus, muy amable como la gran mayoría, me advirtió de que el centro de Ferrol podría estar cerrado por mor de una carrera ciudadana de vuelta a la Ría.
 Pero bueno, como ya estaba levantado y preparado, decidí arriesgarme. Malo sería. ¡ Y malo fué!. Al llegar a la parada siguiente a Santa Cecilia la Policía Local había cerrado el Centro de Ferrol. Y ya eran cerca de las doce. Pero no iba a echarme atrás. Además me llamó - en ese momento - mi ángel y  aplacó, con su dulce voz, mi creciente indignación.
 Atravesé el centro de Ferrol a lomos de mi silla de propulsión eléctrica. Menos mal. Si hubiera sido manual no habría podido hacerlo. Si hubiera llovido tampoco.
 En esto llegué a la meta de la Carrera. Oí unos atronadores aplausos ¡ Que no eran para mí !. Resulta que me había perdido y me había metido en la carrera. Y, en paralelo a mí, corría un tipo con aspecto de agotado y desnutrido. Sorprendido me entraron ganas de exclamar: ¡ Correr es de cobardes!. Pero me dió lástima y, prudentemente, me callé.
 Seguí, en mi silla, después de la meta. Fuí preguntando para no volver a perderme. Y llegué a la conclusión de que ¡ muchos ferrolanos no conocen la ciudad!.
 Bajo un brillante sol y bien abrigado - hacía frío - llegué al Museo Naval. Entré e hice el recorrido habitual. Y conocí a Antonio: un amable subteniente de la Armada, apasionado de la historia naval, con el que comenté lo lamentable de que no hubiera más público allí. Un centro clave para conocer la historia de Ferrol.
 Pero, cuando iba a pasar a la Exponav, me dí cuenta de que ya iba a cerrar. ¡ Coño!. Mi silla de ruedas iba más lenta que el bus en el que suelo ir. No importa, me dije, ya volveré. Me dirigí a comer - ver a tanto corredor famélico me había dado hambre. Además el domingo es el único día que me salto la dieta. Hablé, de nuevo, con mi ángel; lo que renovó mis ánimos. Después de comer, paseando, me dirigí al CAMF donde resido. Llegué muy cansado - desplazarse sobre una silla de ruedas no es tan cómodo como pudiera parecer- pero muy satisfecho. Las cuidadoras me acostaron. Así pasé el Domingo. Una jornada particular.
 Espero que algún responsable municipal lea esto y se dé cuenta de que hay que buscar un recorrido alternativo - u otro horario - para una carrera cuyos participantes parecían prófugos famélicos más que otra cosa.



entrada al Museo Naval de Ferrol
                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario