El otro día me llamó Paloma.
Os hablaré de Paloma. Es una gran amiga. Hablamos de una mujer que no lo ha tenido fácil. Y sus dificultades la han hecho más fuerte; mejor. Ahora las cosas no le van mal. Podría dedicarse a disfrutar de su marido - Paco - y de un trabajo ganado a base de sacrificio. Pero no; también saca tiempo para ayudar a los demás. Y yo, afortunadamente, soy su amigo. Se preocupa mucho por mí; por como voy a pasar las Navidades. Y me recordó que, en su árbol, siempre guarda un sitio para mí.
La conocí tras mi ACV. Gracia a un gran amigo - Toño - al que ayudaba mucho.
Pasaron muchos meses hasta que la ví, personalmente ( ella vive en Madrid ). En el verano de 2013 yo estaba en el Centro de AIP de Bóveda - al Norte de Monforte - Ella vino, de vacaciones, a Galicia. Una tarde - inolvidable - se acercó a Bóveda y nos conocimos. ¡ Que Alegría !. Puse cara a aquella maravillosa mujer. Con ella vino Paco - su afortunado marido - víctima de un ACV pero con secuelas más leves que las mías.
Hablamos del tema y me aliviaron el agobio.
Y, el otro día, me llamó Paloma para decirme que ha puesto el árbol de Navidad. El mejor sitio después del corazón de mi ángel - su amiga -. Gracias, Paloma. Muchas gracias por tu árbol y por tí
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