Bajo esta denominación se conoce a una serie de mitos y leyendas originarios de una cultura nacida en las postrimerias de la Edad del Hierro.
Se transmitieron oralmente y mantuvieron su politeismo a salvo, a pesar de entrar en contacto con los griegos, primero, y con los romanos, posteriormente. Sólo el Cristianismo supuso una seria amenaza para este mítico pensamiento. De origen indoeuropeo, sus creencias llegaron a nosotros - ironicamente - gracias a los romanos. Aunque el primer historiador que los menciona es el griego Hecateo de Mileto.
En su día los pueblos celtas se extendieron por toda Europa. Pero, especialmente, anidaron en su costa atlántica y en las Islas Británicas - sobre todo Irlanda-.
Su principal Dios fué Lugh, aunque no el único. La naturaleza fué, también, deificada. Y las estaciones - y sus cambios - sacralizados. Ese es el origen de lo que, después, el cristianismo denominó como noche de San Juan ( que acabamos de vivir ) donde el fuego lo purifica todo.
Los Druidas ( una especie de guías espirituales ) eran muy prestigiosos entre los celtas. No tenían poder político pero sí influencia social.
El mundo, para los celtas, fué creado por el Dios Lugh. El Universo ( Manred) se formó a base de partículas divinas y, por eso, es sagrado. De allí ( de la nada ) surge la vida. Partholan es el primer ser en llegar a Irlanda - que tuvo que defenderla - con éxito - de los formorianos ( seres procedentes del inframundo ) Estos, sin embargo, aprovecharon una epidemia de peste para volver a atacar y tomaron la Isla desde su refugio en Inglaterra.
El pueblo de Dana, procedente del cielo, expulsó a los formorianos de Irlanda. Estos intentaron volver en diversas ocasiones, a través de los tiempos, pero Lugh ayudó a los celtas a rechazarlos.
Este mito debe su celebridad, sin duda, al nacionalismo irlandés antibritánico ( que junto, paradojicamente, a la tradición católica, tiene mucha influencia en el enfrentamiento entre británicos e irlandeses )
No hay comentarios:
Publicar un comentario