Este empezó, para mí, a primera hora de la mañana. Demasiado primera, opino.
Pero bueno; todo por mor de la cita para una revisión neurológica ( de la última, en Monforte - cuando estaba en Bóveda - debe de hacer un año, más o menos ).
Esta vez fué aquí, en Ferrol. Y la consulta fué con Diego.
Diego es un joven doctor en medicina y especialista en neurología. A la consulta me acompañó - era la primera vez que iba a un consulta del Marcide - Natalia ( la Terapeuta Ocupacional de este CAMF donde me encuentro) fué tan atenta como encantadora.
Diego me explicó, amable y comprensiblemente, la evolución de las secuelas de mi ACV (. Diego se ganó mi respeto, algo que no puedo decir de todos los médicos, por muy doctores que sean ) . Y, aquí, voy a hacer un inciso.
El accidente, ocurrido el 12 de Abril de 2012 fué grave. La hemorragia abundante, con desplazamiento de cerebro. Los neurocirujanos que me operaron me tuvieron que inducir el coma para salvarme - in extremis - la vida. Estuve en coma cerca de un mes. Volví de él gracias a los médicos que me operaron, a mi edad ( tenía sólo 46 años ) y a los dulces susurros de un ángel - con forma de mujer - que me pidió que no me fuera.
Algunos necios me reprocharon que, animado por mis amigos - mis hermanos - creyera que podia recuperarme. ¡ Que error !, Quien así piensa no me conoce. No sabe hasta que punto sé lo que es una lesión cerebral. Y, además, no lucho para vencer. Lucho porque no sé hacer otra cosa. Lucho inspirado por el ejemplo de Leónidas, Rey de Esparta, que - al frente de sus hombres, cayó, en Las Termópilas, luchando contra los persas. Y lo hizo habiéndose podido rendir y sabiendo que iba a perder.-.
Pero bueno, no voy a perder más tiempo con este asunto.
Como os decía, este médico, Diego, me proporcionó un buen momento inicial. Después, de vuelta en el centro, me dió tiempo ( antes de comer ) de ir a mi sesión diaria de Fisioterapia - que, esta semana y por necesidades profesionales de mi fisioterapeuta, se trasladó a las mañanas. Allí hice lo que pude.
Pero, a eso de la hora de la comida, el madrugón - y los esfuerzos - me pasaron factura ( en forma de dolor lumbar ). Por eso la enfermera decidió darme un calmante y dejarme en cama - desde donde os escribo - . Allí me acercó el ordenador, con su mejor disposición, Diego ( el cuidador de este CAMF.Por ello le doy, publicamente, las gracias. Espero, mañana, estar mejor y poder ocupar mi lugar - de nuevo - entre los 300. De momento aprovecho para dar las gracias a los dos Diegos
Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol |
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