Primero vinieron los amigos más antiguos. Se podría decir de toda la vida. Y una de ellos, la más especial, vino también. Y me regaló algo muy bonito - y muy útil - una bisera negra , por mi santo. Además me trajeron, en un pen, películas para hacer mi estancia aquí más llevadera.
También vinieron, ayer, mis amigos ( y excompañeros) del Museo de Belas Artes de La Coruña con quienes compartí un entretenido café. Una de ellas me animó - quizás demasiado - a seguir con mi recuperación. Yo le expliqué lo que la fisioterapruta me dijo. Que está bien el intentar estar lo mejor posible. Pero que, las características de mi lesión neurológica y las limitaciones de este CAMF, hacen que el proceso tenga un límite. Un límite que, siempre bajo su supervisión ( y la de la Terapeuta Ocupacional ) me propongo explorar. Eso quiere decir que nunca me voy a rendir ¡Nunca!. Pero jamás dejaré de ser realista.
En fín, un fin de semana más interesante y entretenido de lo que se planteaba. Y todo gracias a mis amigos.
¡ Va por ellos!
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