Antes de las últimas elecciones europeas se dibujaba un panorama político - al que saludábamos desde aquí - en el que desaparecía, abruptamente, el bipartidismo. La hegemonía - el oligopolio político - del PP y PSOE, iba a terminarse en favor de una democracia multipartidista ( un sistema regenerado).
Pués ahora no. Resulta que la opinión publicada, que no pública, proclama que estos partidos han tomado nota y su derrota - a cada cual peor - fué un toque de atención. Si partimos de la base de que la degeneración del sistema democrático tiene dos responsables - PP y PSOE - no tiene mucho sentido desear que formen parte de la solución. Es una quimera.
Muchos se han apresurado a firmar el fin del bipartidismo en España ( sobre todo desde medios de comunicación intervenidos por poderes fáctico-políticos ) a la vez que exigen que este cambie.
Sin duda es precipitado anunciar el final del bipartidismo por unas elecciones en la que no nos jugamos nada importante - El resultado español se diluye en el europeo - . ¡ Ya veremos en las Generales!. Entonces los medios de comunicación , algunos, se emplearán a fondo en contagiar el miedo hacia los nuevos partidos que no se sometan. Entonces veremos lo que sucede. Me temo lo peor.
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