El día de hoy ha sido atípico. Como ya os comenté, comenzó con una entrevista con la terapeuta ocupacional, que evaluó las secuelas del daño cerebral adquirido, y las posibles medidas para paliar sus secuelas. Lo que ella decida ya me lo contará. Después tuve una fructífera entrevista con el psicopedagogo. Este me animó a seguir el curso de informática, ya avanzado. Me animó dándome seguridad, en mis capacidades. ¡Ha conseguido, junto a Mauricio —el profesor de informática— que pase de plantearme el abandono —del curso— a tomarlo con nuevas energías y mayor sosiego. Además, mis ganas, fueron reforzadas por cada entrevista. Por la tarde volví al curso. ¡Y recibí una llamada muy positiva e importante!
Tengo que decir que he reducido, aún más, mi dieta. Y me siento con fuerzas, renovadas, para encarar mi rehabilitación. En este difícil recorrido me han acompañado algunos de ellos. (Parte de ellos compartirán conmigo un café mañana. Si puedo, y el tiempo me lo permite, os lo contaré desde este blog.)
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