Pues ya está. Ya llegó. Tenía que venir la hora de la verdad, tarde o temprano. Pasada la semana de la valoración inicial, empezó el trabajo en serio. Por la mañana, después de la terapia ocupacional —en la que empecé a aprender —con ánimo— a hacer y deshacer nudos y lazadas, con un personal muy dedicado y agradable. Después pasé a Fisioterapia y, con la fisio, intenté ponerme de pié. Conseguí despegar mi trasero —unos instantes— de la silla. El subidón fue importante. Y la fisio, cumpliendo su obligación, me dijo un lacónico «hay que trabajar mucho». Por cierto, lo de lacónico viene de espartano.
Por la tarde, con Mauricio, me adentré en la selva cibernética (a la que le voy perdiendo el miedo). En resumen, como podreis colegir, ya he empezado un camino µlargo y difícil, tortuoso—. Pero —estoy decidido— con un único y maravilloso final: mi autonomía personal. Desde ahora os invito, queridos amigos y seguidores, a recorrerlo a través de la red.
Yo, por mi parte, saludo al personal del Centro de Bóveda. Los primeros que, junto a los mejores de mis amigos, me contagiaron su fuerza y optimismo.
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Un Gimnasio como el mío, con unas espalderas muy importantes |
La fuerza de voluntad es la fuerza más importante y tu la tienes. Un saludo Fernando nos vemos el viernes.
ResponderEliminarLos mejores sueños son los que uno pone color y calor cada día. AVANTI !
ResponderEliminarGracias, amigos.¡ Vuestra fuerza es mi honor!
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