Politicamente renegamos de la influencia de los EE.UU,, sin darnos cuenta que, lo más pernicioso, no es esto, sino la influencia yanqui en la dictadura estética moderna. Es una forma de opresión que, muchos de los que denuncian la influencia política, admiten como propia la estética.
Se está imponiendo el modelo de mujer anoréxica con grandes y turgentes pechos (sólo posible a través de transtornos alimenticios y cirugía. A esto acompaña un modelo intelectual de encefalograma plano. La Barbie gilipollas, vamos. Un modelo de mujer con un cuerpo artificial y un cerebro inexistente.¨ Ideal¨ para relaciones esporádicas y superficiales. Con Ken, claro. Ya no se lleva la seducción intelectual y las conversaciones en la cama.¡Hagamos del sexo una competición gimnástica.
No estoy criticando, muy al contrario, que cuidemos la salud. Pero la salud es eso. No estética. Yo, por mi parte, ya he tenido escarceos con el lado oscuro, en mi adolescencia, del síndrome Barbie. Afortunadamente nunca fuí un Ken y, ahora,conozco a la¨ no barbie_.¡ Y me gusta, coño.
Por cierto que, a mis seguidores, puede sorprenderlos mi apego por la civilización espartana. Este se debe a que sus cuerpos perfectos tenían un motivo;prepararse para, en el combate, defender sus hogares del enemigo. Sus cuerpos eran un medio para defender su modo de vida, Ese espíritu,lo mejor de Esparta, es con lo que me quedo. Cultivar sus cuerpos por hedonismo fué el principio de su decadencia. Como nos está pasando a nosotros.
Nota, Dedico esta entrada a esas mujeres, de mi generación, que se resisten a caer en la tentación hedonista-narcisista. Y, sobre todo, a una.
Barbie |
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