lunes, 6 de diciembre de 2010

El Liceo de Atenas

Hubo un tiempo y un lugar en el que los dioses se pusieron a pensar. Estudiaron y reflexionaron y el resultado se llamó Filosofía. El lugar fué Atenas y el tiempo los siglos V y IV A.C.
 Uno de ellos regresó de Macedonia, donde había educado al principe Alejandro. Corría el año 336 A.C. y discípulo y maestro acababan de separarse. El príncipe se había convertido en rey de Macedonia y se disponía a arrebatar el dominio del mundo a los persas. Como única guía llevaba la "Anábasis" de Jenofonte y, sobre todo, "La Ilíada" con anotaciones de su maestro.
 Aristóteles, por su parte, volvía a Atenas con el convencimiento de que la experiencia pedagógica de Macedonia no debía caer en saco roto. Y entonces tuvo la idea de fundar el Liceo. Su maestro, Platón, habia muerto y el de Estagira no quiso hacerse cargo de La Academia. Entonces acudió a Antipater, gobernador de Atenas, que lo apoyó para crear su propio centro de enseñanza. Le cedió unos terrenos aledaños al templo de Apolo Licio- de ahí el nombre de Liceo- y comenzó a impartir sus clases.
 Estas no consistian en las tradicionales conferencias en edificios cerrados. Se desarrollaban en largos paseos por el recinto, un paseo cubierto,- el "Peripatos"- en los que dialogaba con sus discípulos, los "peripatéticos". Todo iba bien hasta la muerte de Alejandro cuando la inestabilidad se apoderó de Grecia. Aristóteles comenzó a ser perseguido por macedonio y maestro del emperador y su generales. Entonces hubo de huir a Eubea. Dejó la dirección del Liceo a Teofastro y murió un año después.
 Teofastro muere en el 287 A.C. y deja a la institución en su momento de mayor prestigio. Dedicada al empirismo y a la sistematización del pensamiento. Allí enseñó  Eudemo de Rodas, matemáticas y astronomía; Dicearco de Mesina, Historia; Menón, Medicina; Fanias de Ereso, Poesía.
 Las clases tenían el formato de diálogos o comentarios de textos. Tenían un horario prefijado. También se celebraban banquetes. Pero como sus profesores eran no atenienses se convirtieron en sospechosos. A la muerte de Teofastro se hace cargo del Liceo Licón de Laodicea. Los alumnos- en número de 2.000- comenzaron a ceder a las presiones políticas y muchos abandonaron la institución. Critolao sucedió a Licón en plena decadencia. El Liceo deja de crear e importa ideas y recopiló los escritos de Aristóteles para publicarlos. En el 84 A.C.el Liceo  fué destruido. Le sucedieron remedos e imitaciones hasta que en el 529 Justiniano ordena su cierre. Los alumnos y seguidores del Liceo sacaron clandestinamente las obras de su biblioteca, que se esparcieron por toda Grecia y Oriente Medio. La primera universidad de la historia había dejado de existir.
 En 1996, durante las obras de construcción de un nuevo museo, se encontraron las ruinas del Liceo, a poca distancia de la Acròpolis.

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