Todo comenzó con los abusos a los que la aristocracia de la zona sometía a la población gallega.
Los campesinos estaban aterrorizados, hasta tal punto que no se atrevían ni a salir de casa, sino a trabajar.
Llegaron a tener que dormir en las iglesias, acogiéndose a sagrado.
Los señores se dedicaban, desde su fortaleza, a organizar robos, violaciones y demás tropelías.
La Nobleza reforzó tanto su poder que llegó a obligar al Rey Enrique IV a desposeer a su hija del título de Princesa de Asturias y nombrar heredero a su hermano Alfonso.
Un año después los nobles ( muchos de ellos gallegos ) derrocaron a Enrique IV y coronaron a Alfonso.
Enrique IV apoyó la recientemente constituida, por las clases populares, Hermandad del Reino de Galicia.
Los irmandiños atacaron castillos y torres, llegando a tomar más de un centenar.
Querían romper la relación de vasallaje, no pagar las rentas abusivas e influir en el nuevo poder que nacía del caos creado.
Los Irmandiños movilizaron milicias por toda Galicia. Crearon su propia caballeria e importaron armas por vía marítima.
Crearon la Junta del Reino para establecer la estrategia.
los nobles tuvieron que huir a Castilla y Portugal.
En 1469 tres ejércitos entran en Galicia, desde Castilla y Portugal, dirigidos por los nobles.
Los Irmandiños fueron derrotados. Pero los nobles, aún aterrorizados por la ira popular, cambiaron y no se atrevieron a vengarse de los rebeldes. Los Irmandiños, aún derrotados, habían vencido.
Nota: Me gustaría dedicar esta entrada a los amigos de Fronte Irmandinha por sus amables comentarios a las entradas de este blog
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