A Fernando lo conocí cuando,procedente de un centro privado que amenazaba con acabar con mi salud e ingresos, se me concedió en esta Residencia Privada una plaza subvencionada. Hasta que los gobiernos autonómico y/o central decidan otra cosa, sólo me cobran el 75% de mi pensión.
A pesar de ello no vine contento.Me separaban de Coruña-y de mis amigos,especialmente de alguien muy especial, una centena y media de kilómetros.
Me recibió Fernando,el director, quien me ofreció su apoyo.Pero yo,influenciado por las nuevas y malas compañías de aquí, entre en una espiral perniciosa de autodestrucción y rabia.
Pero dicen-y yo estoy convencido-que el tiempo pone a cada uno en su sitio. El mío no está al lado de esos ¨supuestos¨amigos. Estoy empezando a pagar ese distanciamiento.Pero no me importa. Mi lado está al lado de los ángeles que me cuidan y su capitán. Fernando es más joven que yo. Además hizo una carrera distinta a la que yo intenté terminar. Nada me unía a él cuando llegué No sé si está de acuerdo con mis planteamientos políticos.¡Y no me importa!. Paloma, otra gran amiga a la que conocí-por teléfono- gracias a Toño, me enseñó que lo importante de las personas es su calidad humana y no sus etiquetas.¡Y la calidad humana que Fernando ha demostrado es colosal!. Además su eficacia y su sentido del honor están fuera de toda duda. Esta mañana-de sábado- vino a verme durante mi paseo.Le planteé el problema del que os hablo y, este, se encuentra en vías de solución.Por eso es un gran director y, es y será, unEsta mañana, después de contarle mi problema, se despidió y lo ví alejarse. Entonces vino a mi memoria-de repente- esta escena de un famoso western Y es que he visto tantos héroes en la pantalla que, en la realidad sé reconocerlos.
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| Fernando |
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