miércoles, 14 de septiembre de 2011

El Cine de Anthony Mann

Si está usted disfrutando mucho viendo un western, rodado en scope, de finales de los cincuenta o principios de los sesenta, protagonizado por un tipo delgaducho y alto, con cara de buena persona; es muy posible que esté viendo uno de los clásicos de Tony Mann. Porque en el género es uno de los grandes.
 Anthony Mann nació como Emil Anton Bundsmann, en el verano de San Diego de 1906. Sus padres eran Emil, de origen austríaco y Bertha, de sangre judía. En 1936 se casó con su novia Mildred.
 Debutó como actor en el off-Broadway neoyorkino y en 1938 se mudó a Hollywood, la fábrica de sueños. A finales de los treinta conoció al productor David O. Selznick, con el que trabajó como director de casting para "Rebeca" y "lo que el viento se llevó"- tarea titánica, esta-
Aprendió pronto y cuatro años mas tarde ya es asistente de dirección. En 1944 debuta en la dirección con "Extraños en la noche", una historia de amor angustiosa con la II GM de fondo y un final de los que se recuerdan. Las circunstancias le llevan a relacionarse con el naciente cine negro. Pero es en la Universal, a partir de los cincuenta y con prestigio creciente, donde encuentra su sitio: los westerns. También conoce a su actor fetiche, James Stewart. Ambos unen sus destinos profesionales en obras maestras del cine como "Winchester 73", "Horizontes Lejanos" o "El hombre del Oeste" .Pero es "El hombre de Laramie", con Gary Cooper, la que alcanza tintes de perfección. Sin embargo es acusado de abusar de la violencia en sus obras, producto de la proliferación de westerns de serie B, edulcorados, que el se negó a imitar. Con 48 años realiza un emocionante homenaje a Glenn Miller con "Música y Lágrimas" para la que contó con la mayoría de miembros de su legendaria "Big Band" y con Stewart.
 En 1957 conoce a una joven y hermosa actriz española por la que se divorcia y con la que se casa, Sara
Montiel. Ese año rueda "La Colina de los Diablos de Acero" un clásico bélico sobre el conflicto de Corea.
. En la década de los sesenta, en contacto con el productor Sam Bronston, cambia de registro pasándose al cine épico con dos títulos: la gran "El Cid" y la excesiva, en mi opinión, "La  Caída del imperio romano".Ambas son rodadas en España, el país favorito de Bronston. "El Cid" cuenta con dos excelentes actores: Charlton Heston y Sofia Loren. El está muy convincente y ella mas bella que nunca. Además el maestro Menéndez Pidal, el mayor experto en el personaje que ha habido, prestó su asesoramiento.
 En cuanto a la otra, protagonizada por Stephen Boyd- el Messala de "Ben-Hur"- falla este y el planteamiento del film que se ahoga en excesos de producción. En 1963 se divorcia de Sara. Al año siguiente presidió el jurado del Festival de Berlín
Tres años después de "La Caída del Imperio Romano" murió en la capital prusiana.
Su hija Nina se hizo famosa como actriz de series de tv en los ochenta y noventa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario