El Empecinado

"El Empecinado" por Goya

Juan Martín Díaz nació en Castrillo del Duero (Valladolid), en 1775.A los nacidos en Castrillo se les llamaba "empecinados" por el río Botijas, que bajaba lleno de cieno verde, llamado pecina. Era hijo de un labrador de posición acomodada.Desde joven sintió la llamada de las armas. Adquiere cierta experiencia militar al  combatir contra los franceses en la Guerra del Rosellón (1792-1795). De aquella época venía su odio a los franceses. Un año después de volver de la guerra se casa con Catalina de la Fuente, con la que se establece como labrador en Fuentecén (Burgos). Allí pretende pasar el resto de su vida.
 Pero fué con el levantamiento popular contra la ocupación francesa, en 1808, cuando encontró la oportunidad para dar rienda suelta a su odio y su talento.Se dice que mató a un soldado francés para evitar que violara a una chica de su pueblo.Con amigos y familiares, se alistó, con 33 años, en la División de Cuesta, que fué derrotada por los galos en las batallas de Cabezón y Medina de Rioseco(Verano de 1808). Inteligente y observador, Juan se dió cuenta de que el ejército regular-escaso, mal armado y mal entrenado, fruto de décadas de abandono- no podría derrotar al invasor. Por ello recorrió  las provincias de Valladolid, Burgos, Segovia, Guadalajara y Cuenca, reclutando guerrilleros. En total pudo levantar en armas ¡Diez mil hombres!, al frente de los cuales se puso él mismo. Emprende con éxito ataques en  Aranda de Duero, Sepúlveda y Pedraza. Ahora podía tratar de tú a tu a cualquier general. Extendió sus operaciones de sabotaje desde la frontera portuguesa hasta el Mediterráneo. Contactó con el Duque de Wellington cuando este llegó a España. La coordinación de ambas fuerzas fué crucial para la lucha contra Napoleón. Los ingleses ponían sobre el terreno unidades regulares, formadas por veteranos profesionales y los españoles ponían guerrilleros duros, acostumbrados y conocedores del terreno,con gran apoyo popular y determinados a luchar hasta el fin. La combinación fué mortal para la Grande Armée. En 1809 es nombrado capitán de caballería. Sus guerrilleros se especializan en interceptar las lineas de aprovisionamiento francesas, viviendo de lo que confiscan al enemigo. También cortan sus comunicaciones, asaltan arsenales y roban las pagas de los gabachos.
  Es tal el daño que hacen a los franceses que Napoleón ordena a uno de sus mejores generales que se dedique, en exclusiva, a la captura de El Empecinado. El general frances toma como rehenes a la madre y otros familiares del guerrillero y amenaza con fusilarlos. Juan apresa a cien  franceses y los intercambia. En 1810 participa en la batalla de Ciudad Rodrigo. Al año siguiente es ascendido a coronel y recibe el mando de el Regimiento de Húsares de Guadalajara., además de 6.000 guerrilleros. Con ellos interviene en las batallas de Alcalá de Henares y Zulema,venciendo a un enemigo que doblaba en número a sus fuerzas. Con 39 años es nombrado Mariscal y se le otorga el privilegio de firmar como "El Empecinado".
 . Le llueven honores que rechaza. Solo quiere volver a su casa.En 1815, cuando Napoleón vuelve de su exilio, se le encomienda a Juan el mando de un regimiento en Huesca. Después de Waterloo vuelve a sus tierras Pero su antiguo camarada de armas, el general Riego, le obliga a salir, en 1820, de su retiro. Le ofrece el Gobierno Militar de Zamora. Juan, apasionado defensor de la Constitución de Cádiz, acepta. Sobre todo cuando se entera de que los franceses- "los cien mil hijos de San Luis"- avanzan para acabar con el gobierno liberal español. Tras el triunfo del rey felón, Fernando VII, es desterrado a Portugal. Pero es un patriota y un hombre de acción. En menos de un año ya está en España, al frente de una partida de 60 hombres. Es capturado, torturado y, por orden directa del nefasto Fernando, ejecutado. Es ahorcado en Roa, después de un juicio ilegal, el 20 de Agosto de 1825. Tenía 50 años.
 Inmortalizado por Galdós, hoy, nuestra lengua le rinde homenaje con el término "Empecinado" que significa obstinado en conseguir un fin. Por desgracia no es el único héroe de la guerra de la inpendencia en morir, injustamente, por orden de uno de los peores reyes de nuestra historia, Fernando VII, una historia que no esta sobrada de reyes buenos.