Este parmesano universal acaba de cumplir 70 años. Desde sus primeros años las influencias familiares marcaron su destino. Y lo hicieron en dos sentidos. Politica y artisticamente.Su madre Ninetta, era maestra Su padre, Attilio, era un poeta de los años veinte, historiador, cinéfilo y conocido, además, por su filiación comunista.Bernardo era el mayor de tres hermanos que acabarían dedicándose al cine y al teatro. A los 15 años ya recibía premios literarios. Muchos camaradas visitaban el hogar de los Bertolucci, pero uno de los mas jóvenes sería fundamental para el futuro de Bernardo. Ese "padrino" se llamaba Pier Paolo Pasolini, que en ese momento era un poeta, sin vinculación con el cine. Pasolini siempre agradeció a Attilio que le ayudara a publicar su primer libro. Eran los años de la posguerra, del primer neorrealismo. Bernardo ingresa en la Universidad de Roma en 1959, donde estudia Literatura.
En 1961 Pasolini arrastró a Bernardo al cine y a la política. Formaba parte de una grupo de cineastas italianos, vinculados al PCI, como Visconti. Se enfrentaban al neorrealismo de Rossellini, mas neutro politicamente, empleando el séptimo arte como un arma política. Este es el ambiente de los inicios de Bernardo como cineasta. Se trataba de un cine de denuncia, de un instrumento para transformar la realidad, de un arte comprometido.
La primera experiencia de Bertolucci en el cine fué privilegiada. De la mano de su amigo Pasolini, interviene como su ayudante en "Accatone". Con lo aprendido se atreve en su primera obra, "La commare seca" en la que describe la vida del proletariado romano. La película es un fracaso y Bernardo se refugia en su habilidad literaria, como poeta, mas reconocida que su obra cinematográfica.
En 1963 vuelve a dirigir, esta vez "Prima la Revoluzione", en la que se enamora y se casa con la protagonista,Adriana Asti. A la segunda fué la vencida y el éxito es rotundo. La crítica se rinde ante esta historia de un burgués desencantado. En este momento se produce, en su carrera, una coincidencia feliz. Encuentra a la "nouvelle vague". La técnica de los nuevos realizadores franceses le permite encontrar una voz propia en el cine. Esto se nota en la valiente adaptación de Dostoievski con "Partner". Su prestigio siguió subiendo con "El Conformista", adaptación de Borges para la que cuenta, iniciando una colaboración legendaria, con Nestor Almendros como director de fotografía. Podemos afirmar que en esta obra se encuentran los elementos "bertoluccianos" por excelencia: Música al servicio de la historia y puesta en escena original, todo ello arropando interpretaciones sólidas- en este caso J.L. Trintignant. Una reflexión política ambientada en la era fascista.
Pero si hay un año definitivo para Bernardo es 1972. Tiene 31 años cuando encara un proyecto difícil. Una historia que habla de la soledad, como pocas lo han hecho. Habla de la desesperación , de la pérdida, de la desorientación que produce el dolor. Se trata de "El Último Tango en París". Bertolucci apaga, esta vez, las luces de la ciudad mas luminosa para contarnos la historia de un hombre de mediana edad, herido de muerte por el dolor de una viudez, que pretende huir de si mismo a través de la relación con una joven en la flor de la vida y la sensualidad. Es perfecta, conmovedora, tristemente bella... y con un Jazz buenísimo- de Gato Barbieri- en su banda sonora. La pena es que en nuestro país, por la represión sexual de la época, pasara por la película de "la mantequilla".
El éxito comercial de la cinta le permite rendir homenaje a sus raices políticas con "Novecento", una magna ópera sobre las luchas obreras que precedieron al triunfo del fascismo. Es, sin duda, un homenaje a su padre y a sus camaradas. Demasiado larga, es, no hay duda, una película que pasará a la historia por dar a conocer a actores como Robert de Niro y Gerard Depardieu.
Las dificultades del proyecto lo llevan ano repetir la experiencia refugiándose en un proyecto relajado como es "La Luna" sobre una prima donna de la ópera. En esta época su demonio preferido, como marxista, los grandes estudios de Hollywood, se fijan en sun talento y le abren sus puertas.
En su etapa americana, iniciada en 1987, comienza con un proyecto digno del cine "colosal" de los sesenta. Se trata de "El Último Emperador", la historia de Pu-yi, postrero monarca chino derrocado por los maoistas. La película tiene el "exceso" tipicamente bertolucciano: exteriores fastuosos- la primera vez que se puede rodar en la "ciudad prohibida" de Pekin-, manejo impresionante de masas, colores deslumbrantres, etc.Pero también nos regala con el toque especial de intimismo que tan bien sabe imprimir a sus historias. Gana 9 oscars, entre ellos el de Director.
Su siguiente proyecto, totalmente distinto, supone la difícil adaptación de un gran escritor, Paul Bowles. Con "El cielo protector"(1990) vuelve a un intimismo, a un estudio psicológico de personajes, arropado por grandiosos escenarios, en este caso los espacios abiertos del norte de África. A mi, es una de las películas suyas que mas me gustan. Además tengo que agradecerle que me "presentara" a una sensualísima Debra Winger de la que me enamoré irremisiblemente.
Tres años después, persuadido por el éxito de "El último Emperador", comete el error de intentar llevar a la pantalla la vida del Príncipe Siddharta, en "El Pequeño Buda". De factura meritoria, sufre de cierta megalomanía, de excesivo metraje y de un preciosismo cargante.
Después hace "Belleza Robada"(1996) una fallida reflexión intimista, en paisajes italianos, sobre los lazos familiares. Para mi, el único valor de la cinta es otro de mis mitos eróticos de los noventa: Liv Tyler. Lo demás me sobra.
Con altibajos, como todos los genios, Bertolucci se perfila, en el otoño de su carrera y su vida, como un autor imprescindible, con obras que el tiempo ha convertido en míticas.
Theme From Last Tango In Paris (1972) por seasonwitch
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