Y no olvidemos que esta situación límite tiene varios responsables. Desde la derecha griega al PASOK todos apuntalaron un sistema corrupto cuyos dirigentes hicieron negocios sucios con la oligarquía europea. Unos dirigentes que robaron a su pueblo y lo engañaron. Un pueblo que va a pagar las tropelías de su clase política. Un pueblo que nunca se beneficio de un gasto público desbocado por la elefantiàsica burocracia y por la compra de material militar , innecesario, de origen franco - alemán.
Por si fuera poco los nuevos dirigentes griegos también mienten. Enarbolan la bandera de una soberanía que no pueden pagar - aunque digan lo contrario -.
Así las cosas, los once millones de griegos son las víctimas. Puestos entre la espada y la pared confiaron en una solución utópica. Y fueron convocados a las urnas con miedo. Y sin que nadie les dijera la verdad. Una verdad que se les cae encima, de golpe.
Esto demuestra, una vez más, que la democracia necesita un escenario economicamente estable. Si no es así se convierte en un campo abonado para la demagogia. Y esto es lo que pasa en Grecia. Y es lo que está a punto de pasar en España.
Aquí el señor Rajoy y su banda podrían aplicarse el famoso refrán; cuando las barbas de tu vecino veas rapar, pon las tuyas a remojar
Alexis Tsipras. Primer Ministro de Grecia |
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