Los productores se pusieron en marcha y buscaron una estrella con talento, experiencia y tirón comercial.
Enseguida saltó el nombre de Burt Lancaster.
Cuando Warren Beatty se enteró de que Luccino estaba buscando un actor para acompañar a este se presentó en Roma. Pero el director ya había elegido a Alain Delon
Rota se encargó de la música , aportando brillantes refuerzos musicales a la narración.
Visconti quería retratar la decadencia de una aristocracia que conocía bien. No en vano era parte de ella.
El productor, Lombardo, le encargó hacer popular una fascinante histpria de poder creada por Lampedusa. Para eso se desplazó, con su equipo, a Sicilia.
Visconti eligió a Rotunno como director de fotografía. Este, perfeccionista como Luccino, No la rodó en Cinemascope, innovando el formato. A Claudia Cardinale le llamó la atención que el director fuera capaz de corregir el gesto de un actor en las escenas en que había muchos. Y que fuera capaz de enseñarla a bailar en el rodaje
Visconti no hablaba inglés y eligió al joven Pollack para dirigir el doblaje.
Y esto ocurrió hace, más o menos, medio siglo. Por eso quiero rendir, ahora, homenaje al autor de esta maravilla
Visconti rodando |
No hay comentarios:
Publicar un comentario