Kubrick leyó la obra a principios de los sesenta. Tanto le gustó que se puso en contacto con el escritor para llevarla al cine.
Stanley implicó, en el proyecto, a varias entidades ( desde IBM a la NASA).
El perfeccionismo del cineasta alcanzó hasta los efectos especiales, espectaculares para la época.
Lo que más preocupó - y ocupó - a Kubrick fué cuidar el realismo de las imágenes terrestres y combinarlo, sin estridencias , con la espectacularidad , y la gran calidad estética, de las secuencias espaciales.
El rodaje fué enfocado para el sistema Superpanavisión 70 ( tan espectacular como arriesgado ).
Los paisajes primitivos son decorados y están rodados en interiores .
Y el rodaje de las naves espaciales - en una elipsis narrativa gigantesca - son maquetas perfectas , producto del perfeccionismo de Stanley.
El perfeccionismo llega al extremo de aplicar movimientos humanos dentro de las maquetas. Para ello utiliza la complicada técnica de la reserva de material ( reduce los fotogramas y los recorta para que coincidan con el tamaño de las maquetas.
Todo esto era pionero. Tengamos en cuenta que estamos en los ¡ años sesenta !.
El preciosismo alcanza la banda sonora y la impresionante versión del Danubio Azul.
Sin embargo la estética está, típico de Kubrick, al servicio de la historia que nos cuenta - la evolución humana -. y que tiene su clarísima explicación en la obra de A. C. Clarke ( y que Kubrick deja abierta ).
Estamos, en resumen, ante una obra maestra del Cine. Una película que marca un hito en la historia del 7º Arte.
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