En 1889 se trasladó a París y vivió en Montmartre. Allí convivió con Ramón Casas e Ignacio Zuloaga. Se empapó y se dejó influir por el Simbolismo.
Regresa a España y abre el taller-museo del Cau Ferrat en Sitges. Participa en las tertulias barcelonesas de ¨Els Quatre Gats¨.
Hombre adinerado, viajó mucho. En 1901 se traslada a Mallorca.
Siete años más tarde es condecorado con la Medalla de las Bellas Artes. Se centra en pintar paisajes, tanto rurales como urbanos. Hace retratos y otras obras, todas de inspiración modernista.
En su última etapa pintó paisajes de La Granja y Aranjuez.
En 1894 pinta La Morfina y La Medalla, consideradas dos de sus mejores obras.
En 1910 visita Buenos Aires.
Muere en Aranjuez, mientras pintaba, a finales de la Primavera de 1931.
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