La primera referencia a este intrigante objeto la hace San Juan en su Evangelio.
“…pero llegando a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado, y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y este es verdadero; él sabe que dice la verdad para que vosotros creáis, porque esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: “No romperéis ni uno de sus huesos”.
Los romanos tenían la costumbre de romper las piernas a los crucificados y de rematarlos con una lanzada.En el caso de Cristo, el encargado de rematarlo fué el legionario Longinus.
Según Los Evangelios en ese momento se dió cuenta de la naturaleza divina de Cristo.
José de Arimatea se hizo con la Lanza. En la Edad Media surge la idea de que esta lanza ( presuntamente de Longinus ) tiene poderes sobrenaturales. Poderes que pueden ser usados tanto para hacer el bien o el mal. Se la vinculó al Círculo Artúrico.
Durante el Romanticismo vuelve a surgir y, en el Siglo XX, ya aparecieron cuatro Lanzas Sagradas.
La más célebre - la de los Habsburgo - había sido llevada, por Carlomagno, en medio centenar de campañas. El Rey - Emperador murió, dicen, cuando soltó, accidentalmente, el arma.
De él la heredaron varios reyes sajones.
Por eso Hitler estaba obsesionado por ella y lanzó a toda una compañía de las SS en su busca.
Parece que la encontraron en el Palacio Imperial de Viena.
Los aliados la encontraron el 30 de Abril de 1945. Ese día Hitler se suicidó.
La Lanza fué de mano en mano hasta llegar al general Patton - Comandante del III Ejército USA-.
En ese momento, 6 de Agosto, - cuando el famoso general tomó en sus manos la reliquia - estalló la bomba atómica sobre Hiroshima. La era nuclear había comenzado.
Hoy, este objeto legendario - la Lanza - es exhibida en el Museo del Palacio Imperial de Viena.
Lanza Sagrada |
Representación artística de la lanzada a Cristo |
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