Quieren atemorizar a los periodistas occidentales. El islamismo radical niega las libertades civiles y los derechos humanos. Para el Islam la laicidad de Occidente es un pecado. Y Francia es un ejemplo.
Los islamistas no toleran que el Código Civil - creación napoleónica - sustituya a la sharia coránica. Y, como todos los tiranos, odian el humor. Por eso ocurrió la masacre de Paris.
Occidente se ha convertido en una democracia desarmada contra un enemigo mortal y armado. Primero fueron las Torres Gemelas , pero estas eran norteamericanas. Ahora asesinaron a unos humoristas franceses. También asesinaron, a sangre fría, a dos policías. ¿ Que tendrá que pasar para que nos demos cuenta que el enemigo de estos salvajes somos todos?.
Odian y temen nuestra forma de vida.
No me gusta la linea editorial de la Revista Charlie Hebdo. Pero ¡ tienen derecho a hacer lo que hacen ! Y nosotros tenemos derecho a ser libres.
No son, los asesinos, unos expontáneos locos. Son asesinos perfectamente entrenados y armados. Y sólo podrán - ellos y sus correligionarios - por un Occidente unido y decidido. Los doce muertos de París son un golpe a nestra forma de vida. Este ataque a la libertad es producto de nuestra tolerancia ante regímenes que toleran y apoyan el terrorismo, regímenes como la Monarquía Saudí, el Estado Islámico o la Teocracia Iraní. Estos gobiernos apoyan y financian las facciones sunnitas, unos, y chiitas, otros, que tienen un enemigo común, nosotros.
Sus seguidores, aunque vivan entre nosotros, no se integran. Nos odian por libres. Es hora de que nos demos cuenta de que nuestra libertad es un derecho con enemigos. Un derecho a defender. A defender entre todos. A defender por medios militares ( en el exterior ) y policiales ( en el interior ) y de Inteligencia en ambos. Estamos en guerra. Una guerra no buscada pero inevitable. No es una guerra norteamericana ni Francesa. Es una guerra de la Libertad frente al Terror Islamista.
Si ellos exhiben a su Dios como bandera de ataque, exhibamos nosotros nuestros sagrados derechos a vivir como hombres libres. La historia nos enseña que, a menudo, las guerras las ganan quienes están dispuestos a luchar hasta el fin. Aprestémonos, pues , a la batalla.
Ya es hora de recordar los versos de Bertolt Brecht :
Primero se llevaron a los comunistas, pero a mi no me importó porque yo no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era, después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista; luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó; ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde.
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