miércoles, 1 de septiembre de 2010
Rommel.Memorias
Erwin Rommel. Memorias.- Sir Basil Lidell-Hart.(Colección Memorias de Guerra)
Confieso que, de todos los personajes que desarrollaron la tragedia de la 2ª GM, Erwin Rommel me parece uno de los mas atractivos. Y, en el fondo, eso me desasosiega. Por que era uno de los malos, o por lo menos estaba en su bando. Mi admiración por la personalidad de este fornido y chaparro suavo corre pareja a la repugnancia que me produce el régimen y los valores a los que sirvió y por los que luchó. Y que, a la postre, le costaron la vida, como en una tragedia wagneriana.
Erwin Rommel era, ante todo, un soldado profesional. Oficial de Tropas de Montaña durante la 1ªGM, vivió la derrota alemana, el hundimiento de su mundo y la aparición del "mesias" que iba a "salvar" a la nación y devolver al ejército su gloria perdida por una puñalada por la espalda. Este razonamiento simplista prendió como gasolina sobre la desesperada sociedad alemana de entreguerras. Y sobre todo en la oficialidad, totalmente acrítica, de tradición prusiana.
Es por ello que Rommel no dudó del liderazgo de Hitler hasta que en el horizonte se aparecen las nubes de la derrota-Stalingrado-. No se encontrará en sus memorias una sola reflexión sobre el poder genocida al que sirve. Además, reconozcámoslo, era uno de los generales favoritos de Hitler y hasta llegó a ser jefe de su unidad de escolta.
Dicho esto, podemos referirnos al Rommel soldado como uno de los comandantes de batalla mas sobresalientes del siglo. No tenía la preparación teórica de la camarilla del Alto Estado Mayor, pero , con apenas tres divisiones, en un frente secundario, siempre escaso de suministros, estuvo a punto de llegar a El Cairo, enfrentandose a una superioridad enemiga de 6 a 1. Solo la gélida seguridad de Montgomery y sus aplastantes recursos logísticos se lo impidió. Pero por el camino creó una nueva doctrína táctica que, todavía hoy, domina la guerra acorazada.
He aquí la causa de la leyenda de Rommel. Si a esto añadimos que, en su teatro de operaciones, no había población civil sobre la que cometer crímenes de guerra, que siempre sintió una sincera admiración por su contraparte británica- mucha mas que que por sus aliados italianos- y que se portó caballerosamente en todo momento, la admiración está servida.
Otra cosa es que nos creamos que era un ferviente antinazi, aún cuando su nombre figurara en los papeles de los conspiradores del 20 de Julio de 1944 como candidato a sustituir a Hitler. Además esto le costó la vida, con lo cual no fué investigado por ningún tribunal aliado.
Es por ello que debemos abordar estas memorias con cautela, empezando por reconocer que no son tales. Debemos considerar la magnífica labor del capitán Lidell-Hart, uno de los mejores historiadores militares británicos del siglo. Con la ayuda del hijo de Rommel, Manfred, de su esposa, Lucy, y de alguno de sus subordinados, Bayerlein, Sir Basil nos presenta unas memorias, matizadas por él, que son una joya. Aún sin la maduración que supone el poso que dejan los años- pues Rommel fué obligado a suicidarse en otoño de 1944- son un documento excepcional que nos descubre en el Mariscal a un buen escritor, a un lider innovador, a un jefe preocupado e intrépido, a un marido amantísimo y a un padre cariñoso, a un enfermo crónico, a un genial estratrega... En fin, todas las facetas de Rommel, a veces ocultas por el mito.
Es , pues, un gran libro, no único, pero si imprescindible para acercarse al personaje, sobre quien, Churchill, su enemigo mortal, dijo en plena guerra: "Nos enfrentamos a un valiente y habilidoso oponente, y, si puedo decir tal cosa a través de la destrucción de la guerra, a un gran general."
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