Este afamado escritor hizo esta novela en el 2.004. Este hecho le valió la Gran Cruz del Mérito Naval del 2.005.
Acabo de releerla y voy a dar mi opinión.
Es una novela bien documentada, inspirada en la célebre batalla que tuvo lugar el 21 de Octubre de 1.805.
La obra es un prodigio de documentación y recrea, fielmente, el encuentro armado - trágico y sangriento - entre las escuadras hispano - francesa, por un lado, y la británica, por otro. Son perfectamente retratados personajes como Villeneuve, Nelson, Churruca; también marinos improvisados como Marrajo.
El lector oye - y siente - los cañonazos. Eso en la parte positiva de mi crítica.
Esto hace, de esta novela, un apasionado - y apasionante - homenaje a los héroes de Trafalgar. Nuestros héroes.
Pero a esta novela, para ser perfecta, le falta algo.
Y ese algo es, en mi opinión, un mejor empleo de los soliloquios. Y este fallo nos aleja de la narración. Los soliloquios son fallidos intentos de resultar reales. No casan con la narración omnisciente con la que se pretende combinarlos.
Dudo mucho que, en esa época, se utilizaran esos términos. Y si se utilizaban no lo parece.
Ello nos aleja de la acción, en vez de acercarnos.
El autor pretende, al tiempo, ser un narrador objetivo y subjetivo. Y eso no puede ser !!.( sobre todo utilizando un lenguaje extravagante.
Pero, a pesar de ello, estamos ante un magnífico homenaje a aquellos héroes que murieron cumpliendo con su deber. Hombres de hierro en barcos de madera, como los describe el autor.
Sólo por eso merece la pena la lectura de este libro
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