domingo, 24 de marzo de 2019
IR AL CINE Y LEER. TARDES FELICES
Recuerdo, con nostalgia, que hubo una época en mi vida - Allá por los ochenta - en la que era feliz yendo al cine.
Iba los fines de semana ( sábados o domingos, depende el año ). Acudía armado con un libro, peligroso instrumento. Me encantaban las salas antiguas; aquellas en cuyas inmediaciones había una
cafetería.
Mi tarde perfecta consistía en acudir tiempo antes - una media hora - de que empezara la función.
Compraba mi entrada y me refugiaba en la cafetería a esperar.
Buscaba una mesa recóndita y bien iluminada ( sorprendentemente las había ) y, mientras abría el libro, pedía un café con leche. Inmediatamente me ponía a leer y sólo paraba a la hora de ir a la Sala cercana.
Al terminar la proyección me iba para casa a ver otra película, esta clásica, en el vídeo.
Ahora no. Desde que me muevo en esta silla de ruedas todo son obstáculos. Creo que no he vuelto a pisar una Sala. Y no lo echo de menos.
Y no lo echo de menos desde que estas salas antiguas fueron sustituidas por otras más modernas, tipo Centro Comercial. De estas que no te dejan intimidad y están abiertas, sin puerta. Consecuencia: se ven invadidas por niños gilipollas , montados en carritos conducidos por padres gilipollas. Estos padres, sobre todo ellos, que buscan con quien desahogarse de la inútil compra que ha hecho su Señora. Y yo que culpa tengo !!
Estos individuos tienen un radar para localizar posibles víctimas ( sobre todo a mí).
Os voy a describir la escena que tuvo lugar - hace décadas - en uno de estos Centros: yo intentando leer - entre el ensordecedor tráfico humano y ese padre que busca a alguien sobre el que descargar la frustración que le causa el maltrato a la tarjeta por parte de la parienta.
El radar de ese individuo lo localiza a uno y se produce la siguiente conversación, quiero decir monólogo :
- ¡ Hombre Fulano! Y tú por aquí? Que haces ?
Yo,, con cara de pocos amigos, tuve ganas de contestar :
- Es que no me ves ?. Con un libro y frente a una taquilla del cine. ¡¡ Pues yendo de putas!!.
Pero, por eso de la maldita educación y la presencia de los niños, que no dejan de molestar, me callé y sonreí con cinismo.
El bobalicón continuó, irremediablemente:
- Pues nosotros aquí, con esta gastándose el dinero a lo loco. Pero.... que lees?
A esas alturas ya había metido su zarpa en el libro y yo me pregunté: lo ataco y alego, ante el Juez, defensa propia ?
Pero eso no es todo. Paso a paso, y ante la mirada abnegada de la cónyuge, me fue detallando la compra.
Yo pensé: Y a mí que coño me importa !. Si tan desesperado estas,pégate un tiro !!.
De repente el individuo adujo:
- Bueno: nos tenemos que ir, que empieza el fútbol.
Y yo, os lo juro, por primera vez en mi vida, bendije el balompié.!!
Os dais cuenta de el motivo que tuve para añorar las viejas salas de Cine y Cafeterías?. Y Mucho
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario