Alejandro le replicó: Pero yo soy un rey y tú sólo eres un pirata
Diónides adujo : los dos tenemos el mismo derecho. Si los Dioses hubiesen hecho de mí un rey y de tí un pirata, yo sería quizás mejor soberano que tú, mientras que tú no serías jamás un pirata hábil y sin prejuicios como lo soy yo. Alejandro le perdonó la vida y lo liberó. Alejandro El Grande era así.
A comienzos del 333 A. de C. los macedonios llegaron a Gordión . Allí se le planteó el célebre dilema del nudo gordiano. Alejandro solucionó el problema del nudo cortándolo con su afilada espada. Y, tranquilamente, proclamó : era así de sencillo. A continuación cruzó el Taurus.
Alejandro cortando el nudo gordiano |
No hay comentarios:
Publicar un comentario