Destruye la queja de "se me ha dañado" y destruido queda el daño.
El verdadero modo de vengarse de un enemigo, es no asemejársele.
Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.
A la piedra arrojada, no le importa caer ni subir.
Ten muy presente que los hombres, hagas lo que hagas, siempre serán los mismos.
Si no conviene, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas. Sé dueño de tus inclinaciones.
Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida.
No obres como si fueras a vivir mil años; obra como si el fin estuviera muy cerca.
La dulzura, cuando es sincera, es una fuerza invencible.
El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza.
El mundo no es más que transformación, y la vida, opinión solamente.
Te embarcaste, surcaste mares, atracaste: ¡desembarca!
La vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella
No desprecies la muerte, pero acéptala de buen agrado, porque forma parte de lo establecido
Quien huye de las obligaciones sociales es un desertor.
En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible y tranquilo como en la intimidad de su alma.
El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo que nace.
Una sola es la luz del sol, aunque la obstaculicen muros, montes, incontables impedimentos.
Contempla de continuo que todo nace por transformación, y habitúate a pensar que nada ama tanto la naturaleza del Universo como cambiar las cosas existentes y crear nuevos seres semejantes.
No permitas que tu memoria se enajene de las cosas que tienes, sino de las que te hagan falta.
Concibe sin cesar el mundo como un ser viviente único, que contiene una sola sustancia y un alma única, y cómo todo se refiere a una sola facultad de percibir, la suya, y cómo todo lo hace con un sólo impulso, y cómo todo es responsable solidariamente de todo lo que acontece, y cuál es la trama y contextura.
Todas las cosas se hallan entrelazadas entre sí y su común vínculo es sagrado y casi ninguna es extraña a la otra, porque todas están coordinadas y contribuyen al orden del mismo mundo.
La naturaleza del universo, valiéndose de la sustancia del conjunto universal, como de una cera, modeló ahora un potro; después, lo fundió y se valió de su materia para formar un arbusto, a continuación un hombrecito, y más tarde otra cosa.
Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza.
La perfección de las costumbres consiste en vivir cada día como si fuera el último.
Preciso es que a partir de este momento te des cuenta de qué mundo eres parte y de qué gobernante del mundo procedes como emanación, y comprenderás que tu vida está circunscrita a un período de tiempo limitado. Caso de que no aproveches esta oportunidad para serenarte, pasará, y tú también pasarás, y ya no habrá otra. Y te liberarás, si ejecutas cada acción como si se tratara de la última de tu vida, desprovista de toda irreflexión, de toda aversión apasionada que te alejara del dominio de la razón, de toda hipocresía, egoísmo y despecho en lo relacionado con el destino.
Acuérdate en adelante, cada vez que algo te contriste, de recurrir a esta máxima: que la adversidad no es una desgracia, antes bien, el sufrirla con grandeza de ánimo es una dicha.
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