A instancias del Museo de Arte Contemporáneo "Unión Fenosa" de La Coruña, el escritor y académico Jose Maria Merino ha pronunciado una conferencia bajo el título “La alquimia literaria” , en el ciclo de conferencias "maestros de papel".
Jose María Merino (La Coruña, 1941) es un escritor polivalente, en el mejor sentido del tèrmino. Tiene obra publicada en ensayo, prensa, literatura de viajes, novela y poesía.Ha recibido diversos premios: Novelas y Cuentos (1976), Nacional de la Crítica (1986), Nacional de la Literatura Juvenil (1992) y Miguel Delibes (1996). Coruñés de nacimientoy leonés de adopción, toma de su padre el amor por la literatura. Publica su primer libro en 1972-un poemario- y desde el año pasado ocupa el sillón "m" de la Real Academia. Vinculado al Ministerio de Educación del que fué alto cargo entre 1987-89, desde 1996 se dedica a la escritura en exclusiva. Ha publicado 12 novelas, siendo la ultima "la sima" el año pasado.
La conferencia ha estado a la altura de un maestro. Sin afectación y sin la soberbia con la que algunos escritores "consagrados" se dirigen a los aprendices, Merino nos ha regalado dos horas deliciosas e instructivas.
Habló de la alquimia literaria, de sus elementos, del estilo, del tratamiento del tiempo. Desafió a su auditorio a ir mas allá en la creación. Impartió de manera humilde y entusiasta consejos prácticos. Habló de sus lecturas preferidas y de la pasión, de la pulsión del escritor. Se sometió a las preguntas del público con el solo límite del tiempo acotado por la organización del acto. En resumen, para los aficionados a la literatura y que sentimos la necesidad de escribir, fué un placer. Nos divertimos y además aprendimos. Ojalá esta sea la pauta de los siguientes intervinientes. El listón está muy alto.
Con tu pluma(queiro decir, con el teclado)has hecho una buena descripción del acto literario del otro día, que nos prodigó José María Merino. Corroboro tus impresiones.Tiene la sencillez que es propia de los grandes, como esccritor y como persona.Se traslucía facilmente su nobleza interior.
ResponderEliminarVerdaderamente fue un placer escucharle.