miércoles, 12 de agosto de 2009

EL ÚLTIMO "CHINDIT" (I)


Cementerio militar aliado de la 2ª Guerra Mundial de Htaukkyant (Birmania)


Esto me iba a consagrar como el “freakie” del Departamento. Absortos como estaban todos en la Guerra Fria, los Fascismos , incluso el 11-S, que alguien decidiera hacer su
Tesis sobre un extraño y poco conocido cuerpo militar británico en la Segunda Guerra Mundial era raro. ¿Cómo me atrevía a investigar historia militar? ¿Por qué no hacia algo “útil”, como todos?.
Desde que era un crío y cayeron en mis manos las obras de “Camino a Mandalay” de John Masters y “Chindits” de Mike Calvert me fascinó este cuerpo encargado de desarrollar operaciones especiales tras las líneas japonesas en Birmania y, en ùltimo tèrmino desbaratar sus lineas de suministro para una invasión de la India.. Todo ello en un terreno en el que nunca habìan combatido ,la jungla y mandados por oficiales acostumbrados a la vida en la India, al Polo, al Cricket, al té helado , las cacerìas de tigre, o las excursiones al Himalaya y que luchaban por mantener un imperio que sabían perdido aunque vencieran. Aún así en 1942, cuando el extravagante General Wingate eligiò el “Chinthé” el animal mitológico de las pagodas para simbolizar la unidad, esta se puso en marcha.
Está bien, tu verás lo que haces.- El tono airado de mi jefe me sacó de mi ensoñación - pero no entiendo que tienes que hacer en la puta selva, habiendo bibliotecas.
- Vale , coronel tapiocca, pero te lo pagas tù. Y te quiero de vuelta en quince días. Un mes, repuse. Tres semanas y punto. ¿Cuándo te vas?.
-Aprovecharé las navidades. Es la estación seca. Entre 15 y 25º.
Lo preparé todo. Pasaporte con visado para 28 dìas, el máximo, dòlares americanos, y vacunas contra todo tipo de enfermedades tropicales, conocidas y no. Alojamiento en Rangoon, ahora Yangon , capital de Birmania, ahora Myanmar.
El viaje eterno, con empresarios temerarios y algún turista sexual. El aeropuerto tomado por el ejército, ese tipo de ejército lleno de entorchados dedicado a “combatir” el peligro interior, es decir, su propia población. Y enseguida al hotel, un edificio colonial encalado, que no reformado cuyas infraestructuras, las mismas, incluidas sábanas y toallas ,debieron ser utilizadas por los oficiales británicos de los “Chindits”. Al dìa siguiente debía comenzar la investigación así que me fui a la cama.
Me desperté diez horas después y con un hambre de lobo. Me esperaba un desayuno continental y no tendría que esperar mucho. En el comedor, mientras daba cuenta de él, estaban en otra mesa dos policías, que aunque de paisano no podían esconder su condición. Y además no creo que quisieran. Salí del hotel para buscar un taxi y este me buscò a mì. Era Wi-Lay, un chino que por circunstancias rocambolescas habia ido a parar a Birmania. No parecía chino, era alto y muy fuerte y con un carácter mas caribeño que oriental. En su destartalado pero barato 2CV nos dirigimos a mi primera parada, el cementerio militar británico de Htaukkyant, 15 Km al norte.
Entré en el despacho del catedràtico con el “no” asumido. Llevaba en el Departamento de Historia Contemporánea varios años haciendo el trabajo “ sucio”. Dar clase, seminarios, preparar presentaciones de otros, o sea, lo que corresponde al novato del grupo. Ya era hora de pedir algo para mí. Era hora de hacer mi tesis. Mi tesis sobre los ”Chindits”.
Era uno de los cementerios mas grandes de Birmania. Albergaba 27.000 tumbas en las que los soldados aliados que cayeron en este infierno verde “Formaron” por ùltima vez. El silencio estremecedor. Este no era uno de los famosos y accesibles museos de Normandía y ninguna película recordaba su existencia. Al poco me topè con lo que debìa ser la dirección, al pasar la imponente columnata que incluia un monumento y una sencilla cruz. Desde el hotel habian hecho su trabajo y el director me estaba esperando. Puso los archivos a mi disposición y me presentó a mi guía del recinto. Mientras tanto mis inseparables amigos policías llegaban al lugar y se mantenían a distancia.

(CONTINUARÀ)

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